El final es el principio, y el principio el final

Cada vez soy más peludo. A veces lo pienso, sin más. También pido disculpas por haberos dejado colgando estas semanas. Es difícil ser constante en esto del mundo digital, no se como lo hacen los youtubers. El caso es que redacté este post hace casi un mes pero luego me distraje con la vida y se me olvidó subirlo. En fin, ahí va, el post final del viaje. Recomiendo leerlo con un tinto de verano y/o una cerveza, que añade a la experiencia…

Veintyalgo de Junio de 2021, ultima etapa de mi viaje en bici por la costa del Pacífico

Ayer viví una de las experiencias más mágicas de mi vida. De niño me obsesionaban tres cosas: la Sirenita, los delfines, y las águilas calvas. La obsesión de las águilas duró bastante tiempo, durante el cual me dediqué a dibujarlas de todas las maneras posibles. Aún guardo esos dibujos. Era una obsesión máxima. El caso es que el otro día dormí en un camping precioso, muy tranquilo. No había ningún otro ciclista, y los otros campistas estaban en sus caravanas escondidos y sin hacer ningún ruido, de modo que era casi como estar solo. La semana pasada tal vez no lo hubiera disfrutado, pero esta semana he estado muy tranquilo y sereno, y los momentos de soledad los he apreciado mucho.

A la mañana del día siguiente me desperté pronto, hacia las 5 de la mañana. No tengo por costumbre madrugar tanto, pero cuando duermes cerca de la costa se condensa mucha agua tanto dentro como fuera de la tienda de campaña, y cada vez que te mueves dentro del saco y tocas la esterilla o el saco por fuera, tocas frio y húmedo, y es difícil seguir durmiendo después de eso. Así que a las 5:30 me di por vencido y decidí salir a explorar. El camping estaba situado en la costa, en un páramo muy recóndito de dunas y arbustos de baja altura. Caminé hacia la playa, sin saber muy bien por donde ir ya que no había un camino claro, pero logré llegar y la vista era increíble. Nada que no hubiese visto ya muchas veces antes a lo largo de este viaje – playa vacía de seres humanos, olas largas y el sonido tranquilizador del océano rompiéndose en pedazos sobre la arena – pero no por ello menos hipnotizante.

Me quedé de pié, al borde de un pequeño desnivel de 4-5 metros de altura, con un poco de playa entre mi y el océano (desde donde está grabado el vídeo), y ahí estuve un rato, absorto mirando al infinito. Y de repente… pasó. Delante mío, a 10 metros de distancia y sin previo aviso, sobrevoló las olas una de las aves más majestuosas y difíciles de observar del mundo, el águila calva. Voló lenta hacia el horizonte, sin verme ahí parado con cara de incrédulo, y desapareció tan rápido como vino. No se si es fácil empatizar con lo que sentí en ese momento sin haber vivido esa obsesión de niño ni haber presenciado ese momento en persona, pero para mí fue algo único que recordaré siempre. Pocas veces se siente una conexión tan profunda con la naturaleza como cuando presencias algo así de íntimo sin que nada ni nadie más se de cuenta.

 (*No son mis fotos, por si había dudas)

Me queda una noche para terminar mi viaje, pero antes de pensar en mis palabras finales me gustaría hablar de un par de personajes que me he encontrado estos últimos días, porque son unos buenos personajes.

Después de desayunar en abundancia y buena compañía en la casa de los anfitriones sobre los que escribí en mi último post (los de Warmshowers), salí de la casa en una mañana lluviosa y pedaleé por hermosas marismas y lagos hacia el interior de California, dejando la costa y aproximándome a montañas de verdes intensos salpicadas de carbón, resultado de los intensos fuegos que abundan en California en los meses de septiembre a noviembre.

Pedaleé mucho, y subí el pico que todo ciclista que recorre la costa del Pacífico teme, Legget. La verdad es que no se me hico tan duro como pensaba, tal vez porque me descargué podcasts interesantes, o tal vez porque tanto pedalear te pone en forma. A la bajada de Legget nos pararon por obras y me quedé 15 minutos retenido junto a otros coches. Aquí a la gente se le da muy bien el “small talk”, que no es otra cosa que ponerse a hablar con cualquiera sin ningún pretexto, de modo que siempre que paro me viene alguien a preguntar que a dónde voy, de dónde vengo, y qué estoy haciendo con mi vida. Es una cualidad que admiro mucho de los gringos (y de mi hermano), porque a mi se me da como el ojaldre. El caso es que estabamos ahí parados, y los del coche de detrás (un hombre, una mujer, y un perro patada) salieron de su todoterreno y, mientras la mujer paseaba al perro, el hombre vino a charlar. Hablamos. Me dijo que él también era ciclista, y me preguntó que dónde iba a dormir esa noche. Yo, como siempre, no tenía un plan claro para ese día, y le pedí consejo. Me dijo que tenía una habitación donde me podía quedar, una cama hinchable y una ducha, y según nos intercambiamos los números abrieron el corte de carretera y nos tuvimos que mover. Pedaleé 30 millas más de lo planeado para llegar a su pueblo, Fort Braggs, unas 85-90 millas en total ese día, pero la ilusión de tener una cama sobre la que dormir y un techo sobre mi cabeza me dio la motivación que necesitaba.

Páramos por los que pedaleé aquel día…

Después de 10 horas pedaleando llegué a su pueblo y le llamé. Me indicó el lugar y al acercarme vi que el hombre me había llevado a un centro comercial de dos plantas con bares y tiendas en el piso de abajo, y salas de madera vacías en el piso de arriba. Me contó que era el dueño de todo el edificio, y que estaba reformándolo para convertirlo en un macro-salón de actos para ricos de San Francisco. Me presentó a Mark, el hombre que iba a cocinar para los eventos, y Mark, David (el hombre), Dana (su mujer), chichi (el perro patada) y yo nos sentamos a beber cervezas y comer pizza. La generosidad de las personas con las que me he encontrado en este viaje no deja de sorprenderme. Esa noche dormí increible, redondo como una pelota, y a la mañana me cebaron con 5 (cinco!) huevos fritos, magdalenas, zumo de naranja y tostadas. Pedaleé feliz ese día.

La última persona de la que quiero hablar es Mara. A Mara, una mujer de 64 años que estaba como una chota, me la encontré en un camping hace dos noches. Después de pedalear un buen llegué a un camping que no tenía espacio para ciclistas, de modo que me vi obligado a pagar 35 dólares para pasar la noche. Por suerte apareció Mara. Mara estaba en la recepción y me puse a hablar con ella. Le caí majo y me dijo que nos podíamos quedar en la misma parcela de camping y pagar a pachas.

Mara y yo pasamos esa tarde juntos, cenando y conversando. Lo primero que me preguntó es si no me importaba que se echase un porrillo. Yo respondí que sin problema, así que durante una hora estuvimos hablando mientras se rulaba el porro más grande que he visto en mi vida. La tía es botánica y trabaja en la industria del cannabis. Ya se le veía en la mirada y el ralentí cerebral, que estaba en punto muerto 3 de cada 4 segundos. Pero además de botánica, Mara me dijo que escribe cuentos para niños, que tiene varias películas en su cabeza, que tiene un programa de radio, y que escribe chistes y es monologuista. En ese momento pensé: una de dos, o es una de estas personas excéntricas que están como una cabra pero que son realmente brillantes, o es alguien a quien la soledad le ha brindado demasiado tiempo para montarse una realidad paralela en su cabeza, y sus delirios de grandeza van a acabar con ella. Por desgracia, creo que se acerca más al segundo caso. 

Los que me conocéis bien sabéis que mi sentido del humor está roto. No suelo entender los chistes porque mi cerebro es muy literal, y siempre tardo 5 minutos en saber si algo me hace gracia. Ello, junto con la sensación de que la mujer no andaba muy cuerda, me hizo temer el momento en el que Mara se animase a compartir sus chistes conmigo. Pero de tanto querer evitarlo se materializó su oportunidad y sin yo pedirlo ni quererlo Mara decidió que me iba a contar chistes. Y ¿Sabéis qué? … Eran MALÍSIMOS!! Ni siquiera los llamaría chistes, eran tan malos que ni por malos hacían gracia. Le tuve que decir que no me hacen gracia los chistes en general para que no se ofendiesen porque no sabía ni fingir la risa. A la tía le dio igual y me los siguió contando. Mara, aunque estaba como la puerros, tenía muy buen corazón y lo pasamos bien compartiendo cervezas en el camping. A la mañana siguiente se fue pronto y me dejó una nota bajo un trozo de madera.

Y esto nos trae a hoy. En realidad ha habido unas cuantas noches de camping de las que no he hablado, pero pasaron por mi vida sin pena ni gloria. Muchos mosquitos y comida de lata. Te ayudan a apreciar la comodidad de un hogar con paredes y techo. Ahora mismo estoy sentado bajo la sombra de un árbol en Bodega Bay, a 60 millas de San Francisco (Mentira, estoy en Ciudad de México sentado en una cama con un gato comiendo sopa, pero en ese momento sí que estaba a 60 millas de San Francisco). He decidido pasar aquí dos noches porque se está muy tranquilo, hay poca gente, he vuelto a coincidir con un amigo que hice hace unos días que también viaja en bici, y porque mañana voy a quedar con unos amigos de la universidad en una playa a 10 millas de aquí. Después de nuestro día de playa es posible que me vuelva con ellos en coche – las carreteras están muy peligrosas de aquí a Berkeley, y no merece la pena, de modo que ahí concluirá mi viaje.

Conclusiones: viajar en bici solo y por un país que no es el tuyo es duro. Probablemente por el tuyo también. En soledad es cuando tus pensamientos pueden tomar excesivo control de ti. Por lo menos, lo hacen de mi, y hay muchos pensamientos autodestructivos que salen cuando paso más de una semana solo. Lo bueno es que tal y como vienen se van, y desde que escribí el último post me he encontrado mucho más sereno y con más capacidad de meditar y relativizar la vida. Por otro lado nunca había experimentado la naturaleza de forma tan directa y pura. Estados Unidos tiene mucho de todo, bueno y malo, pero desde luego la naturaleza que hay aquí es increíble. Este viaje también me ha brindado el tiempo necesario para reflexionar sobre mí mismo, un lujo del que disfrutamos poco. Por ello, y todo lo demás, me siento agradecido.

Gracias por compartir este pequeño viaje conmigo :). Espero haber podido transmitir con suficiente fidelidad la grandeza de lo que he vivido. Nos vemos en la próxima!

Bezos y abrasos,

Pablo

 

 

Muslos, psicosis, y buena gente (11 de junio, 2021)

No me encuentro muy motivado para escribir, no se porqué. He entrado en un estado un poco apático y triste esta última semana y sólo quiero convertirme en un pedrusco que rueda por el río, o en la hoja de un árbol, que no tiene que pensar por si misma y cuando cumple su función se descompone y ya. A veces pasa. Voy a dejar que mi cerebro fluya y con suerte sale algo decente, quien sabe.

Estoy en un bar, sintiéndome un poco culpable porque un señor que no conozco me había preparado comida en su casa sin decírmelo, y pues en el bar ponían patatas fritas con albóndigas veganas y para cuando me ha escrito el señor yo ya había pedido una ración. Se llama Russell y es mi anfitrión de Warmshowers para esta noche. Warmshowers no es nada erótico, es una aplicación para cicloturistas que permite…

… a personas como yo quedarse en casas gratis para pasar la noche. Algún día cuando sea adulto y tenga casa podré hospedar a sufridores también. Al entrar en California el precio de los campings subió de los $7 a los $20 o incluso $35 por noche,  y ya me parece un abuso. *Estoy muriendo de placer con estas albóndigas, no puedo ni concentrarme.

Este soy yo dentro de un árbol…

Y aquí dormí el otro día…

La verdad es que no soy capaz de poner en palabras los lugares por los que he pasado esta última semana. Cada día me levantaba con negatividad y soledad a mis espaldas, y me acostaba sintiéndome inmensamente afortunado de dormir en estos lugares. Lecciones del señor todopoderoso para dejar de ser tan jodidamente negativo. Más fotos de Jurassic Park…

En mi cabeza los pensamientos no son lineales, es como si tuviese personalidad múltiple y todas mis personalidades tuviesen hiperactividad. Lo peor es que ninguna termina ninguna frase y todo se queda a medias en mi cerebro. Si pudiese ver cada pensamiento como ondas de energía, sería una continua colisión de ondas que se neutralizan unas a otras y resultan en una ausencia de ruido. El problema es que hace falta mucha energía para emitir esas ondas, y la energía es limitada.

Hace dos días conocí a estos weys. Muy majetes. Uno tenía unos muslos brutales, le da una patada a un balón y se desintegra. Pienso que si estuviésemos perdidos en las montañas y hubiese que sacrificar a alguno para no morirnos de hambre, este caería el primero. Espero que nunca lea este blog.

La noche que nos conocimos yo iba a dormir en la calle, al borde de un precipicio. Un lugar único. Hubiera estado bien, pero me encontré a muslos y me dijo que él se iba a quedar con otros dos chavales en la casa de Carol, una mujer de 70 años muy maja que estaba en Warmshowers. Muslos fue a hablar con Carol y Carol dijo que me podía unir y dormir en la alfombra. Dije que sí. Gran acierto. Carol estaba un poco loca, me dijo que una vez pilló a un oso comiéndose su compost en el jardín y salió a darle un sartenazo. Si no tuviese cara de maja yo creo que el oso se la hubiera comido.

Me quedan 270 millas hasta volver a Berkeley. No se muy bien qué quiero sacar de lo que me queda de viaje. Me han entrado ya muchas ganas de trabajar, y de cocinar con mis cuchillos, y de no dormir en mi saco. Pero a la vez se me está haciendo más fácil rodar en la bici horas y horas. Por otro lado mi parte ano y vigoréxica está gozándolo con esto de quemar tantas calorías. No tengo que comprobar 20 veces al día que la grasa de mi tripa no ha aumentado. Alivia mi enfermedad mental.

¿Sabes por qué empecé este blog? Porque cuando hablo de lo que me pasa por la cabeza lo entiendo mejor. Y si no me gusta puedo coger la pantalla del ipad y reventarla de un puñetazo. O borrarlo si me quiero poner menos dramático. O incluso procesarlo y gestionarlo como un ser humano con inteligencia emocional y capacidad resolutiva. De pequeño solía tener un pensamiento recurrente que había olvidado hasta ahora. Siempre me decía a mi mismo que era un milagro el que pudiese leer. Que saber leer a esa edad (12 o 13 años) no era normal para todos, pero que yo sí sabía, y pese a ello no se me valoraba. Me resultaba injusto. Probablemente porque todo lo académico se me daba mal y me sentía completamente inepto, y la única manera de reconfortarme a mi mismo era bajar el listón tanto que solo así podía sentirme orgulloso, listo, válido, … suficiente. Que mal.


Pues bueno, no se ni que he escrito pero lo necesitaba. Gracias a todos los que leéis y comentáis :). Si hubiese botón de “like” le daría un “like” a cada uno. Angelines, tus comentarios son muy populares, la gente siempre me dice que se parten contigo jaja. En una semana nos volvemos a ver. Voy a subir un par de montañas gigantes, espero no morir.

Abrazos y besos,

Pablo

PD: Russell y Merry, mis anfitriones, son de los mejores seres humanos del planeta. Esto lo escribo desde la cama, después de haber cenado con ellos y sus amigos. Me han dado de cena hasta explotar, habitación gratis y me han hecho sentirme como en casa. Me siento querido y arropado :). Dejo muchos vídeos…


Abuelas que ruedan, republicanos, y solomillos gigantes (5 de junio, 2021)

Estoy dándome un masaje en una de estas butacas robot en un centro comercial rodeado de abuelas en sillas de ruedas mientras suena Mariah Carey en la megafonía y escribo este post. Hace dos días estaba durmiendo detrás de unos almacenes en un polígono industrial, con miedo de que me arrestase la policía. Menudo viaje más raro. Lo que más gracia me hace es que mientras voy muriendo en la bici subiendo cuestas pienso constantemente en lo que voy a escribir y en cómo empezar mi siguiente post, pero nunca pensaría que estaría donde estoy ahora mismo. Uff me está costando concentrarme. Placer extremo. No se me da bien la multitarea. Paso, luego sigo escribiendo.

48 horas después…

El cristianismo va a resurgir en todo el mundo, al menos eso creo, y eso deseo. Los jovenes drogados verán a Jesucristo y así es como va a empezar todo, porque sin Dios las personas no tienen compás interno y usan la opresión y el miedo para dominar al resto. (…) A los hijos hay que decirles lo que tienen que estudiar y hacer en la vida, y solo así te salen bien. Con mano dura. Que no sean unos “pussys”. (…) Pablo, si vas a ser líder debes ser duro en esta vida. Tienes que ser el único que no llora en el funeral de tu padre. Buena suerte.

El otro día conocí a Paul y Miyang. Los dos son un encanto, aunque tal vez esa palabra describa más a Miyang que a Paul, pero ambos me abrieron las puertas de su casa las noches del 1 y 2 de junio – primero porque pagué una habitación de AirBnB, pero después porque me invitaron gratis de buena voluntad. Les estaré siempre agradecido, porque llevaba 4 días durmiendo en la calle y estaba empezando a oler a estercolero. Paul es de Los Ángeles y Miyang de Korea del Sur. Ambos llevan casados 21 años. Paul es más mayor, debe tener sesenta y muchos. Nada más entrar por el garaje de su casa vi una colección enorme de tablas de surf (8), y al parecer no son ni la mitad de las que tiene. Paul es surfista, aventurero, viaja en bici y en moto, y quería viajarse el mundo en barco, pero su mujer no le deja. Paul es un republicano de los más puros, con una visión del mundo de lo más conservadora. Me recordaba al actor este que hace westerns y tiene la cara doblada. No me sale su nombre. Bueno, cuando le dije a Paul que vengo de estudiar en Berkeley me preguntó que si había conocido a algún comunista… Ja!

Miyang nunca se pronunció políticamente. Ella lleva la casa y fue la que realmente me invitó a pasar una noche más con ellos. Miyang me encanta, y es ya mi persona favorita de este viaje. Miyang llevó un restaurante durante 11 años y cocina que te defecas. La primera mañana después de dormir en el airbnb vio que viajo en bici y me preparó dos solomillos con patatas y huevos, otro solomillos como mi muslo para cenar, y bacon con tortilla, queso y manzana para desayunar al día siguiente. Llevo los últimos dos días procesando colesterol para que no me de un ictus, comiendo omeprazol, y rezando avemarías purísimas para redimir mis pecados cárnicos, pero mereció la pena. Aquí nuestras caras…

Antes de continuar con historias, creo que debería explicar algunos detalles generales de este viaje, porque no he dado contexto y no dejo de hablar de momentos concretos sin ningún hilo argumental, así que voy a recapitular un poco.

Viajar es importante. Te da perspectiva. Gonzaventuras lo sabe bien. Yo planeo viajes de sufrimiento y agonía/placer y bucolismo porque me dan espacio para meditar y reflexionar sobre todo lo que he aprendido los años anteriores. Estudiar en Berkeley ha sido una bendición para mí en muchos sentidos, pero durante este tiempo he tenido muy poco espacio para ser creativo y reflexionar sobre porqué hago lo que hago. Es algo casi intrínseco a los estudios académicos, por lo menos en mi limitada experiencia de 14 años de colegio, 5 años de licenciatura, y 4 años de másters. [Jarkor, llevo 23 de mis 30 años de vida estudiando, y cuatro de esos siete años los pasé siendo un feto. No lo había pensado hasta ahora. En fin.] El caso es que estoy en EEUU, un país enorme lleno de montañas, lagos, desiertos, y subculturas fascinantes, y en dos años sólo he visto Berkeley, San Francisco, Yosemite y Santa Cruz. A habido covid, pero no puede ser, y qué mejor manera de viajar con cero emisiones que en bicicleta. En un principio iba a ir desde Berkeley hasta Ciudad de México, pasando por Baja California, esquivando narcos y comiendo tacos, pero perderme el norte de la costa me daba pena, así que decidí hacer la siguiente ruta…

Después de la aventura de los mapaches llegué a Portland sano y salvo el 28 de mayo, y tras pasear por la ciudad (llenísima de gente sin hogar, más que en San Francisco), cenar, y dormir en casa de mi amiga Leah, salí con ella en coche hasta la costa al día siguiente. Acabamos aquí…

Para hacerme la vida más sencilla voy a hacer esto un poco esquemático:

Noche 1: Invasión de jardín ajeno.

Mi amiga Leah me dejó en la costa, pero no encontrábamos ningun sitio público donde dormir (aquí todo es de alguien, y lo que no es de nadie es de los osos y bobcats), y ya todos sabemos la mala suerte que tengo durmiendo en la playa, así que acabé colándome en el jardín de una casa al anochecer. Una vez dentro de la tienda me acordé de que aquí los dueños de una casa o terreno tienen permiso para volarte la cabeza con una escopeta si estás en su propiedad sin permiso, y ya no dormí nada. Al día siguiente me levanté medio infartado cuando un ciervo se acercó a mi tienda, y a las 5 de la mañana estaba ya en la bici pedaleando. Aluciné un buen con los paisajes…

Noche 2: Defeking in the polígono industrial.

¿Cómo harías numero 2 en un polígono industrial? No por nada, solo por curiosidad. Piénsalo, nunca sabes qué puede pasar en la vida. Ese día me hice muchísimos kilómetros, con la emoción nuevamente de viajar por el mundo con mi bici, como un astronauta en su primer viaje intergaláctico. Grité, canté, lamí el aire y pedaleé hasta Pacific City. Tampoco había parques públicos así que tuve que dormir detrás de unos almacenes en un polígono industrial. Ocurrieron cosas y había cámaras, pero la policía nunca vino. A las 6 de la mañana me había ido.

Noche 3: El campo de béisbol.

Este día no tuvo grandes eventos que recuerde, aunque mi memoria es muy mala. Mi olor a podrido iba en un 3/5 a estas alturas. Ah si ya me acuerdo! Ese día calculé mi ruta como el hojaldre y llegué a un pueblo a las 4 de la tarde, demasiado pronto. En vez de mirar el mapa supuse que me había hecho el trayecto más rápido de lo esperado y me quedé ahí. Hubiera dado igual de no ser porque al día siguiente tenía que llegar al airbnb que acababa de reservar en North Bend, que según mis cálculos estaba super cerca, pero al día siguiente me di cuenta de la enorme cagada que había hecho.

Noche 4: adiós rodillas, hola jacuzzi.

Ese día, 1 de junio, me monté en la bici a las 6:30 de la mañana (como veis cada día más tarde, y hoy ya son las 12:30 12:50 de la tarde y aquí sigo) y según pongo mi destino en el mapa veo 82 millas!! No 30 como yo pensaba, 82! Eso son como 132 kilómetros creo. Pero había reservado y ya no había vuelta atrás, así que me puse en marcha sin hesitar. Ese día solo comí alubias en lata y granola, porque no me daba tiempo a montar el fuego, y llegué casi a las 8 de la tarde. No pudo haber más cuestas porque me habría salido de la estratosfera, e iba gritando barbaridades en la bici porque furia y odio eran lo único que me daba energías en esos momentos.

¡Pero llegué! Y al llegar me encontré con esto…

De aquí hasta las siguientes dos noches ya sabéis lo que pasó. Básicamente me cociné en el jacuzzi con toda mi ropa (se llenaron las paredes de una sustancia negra y marrón asquerosa que luego tardé una hora en limpiar), comí como un cerdo, dormí, comí y dormí mas. Anoche, tras salir de la casa de Paul y Miyang, llegué a Bandon, un pueblo muy majo a solo 30 millas del AirBnB, y descubrí que solo cuesta 7 dolares dormir en un camping. Jaja. Así que de ahora en adelante voy a dormir en campings más a menudo, que me van a acabar deteniendo y tampoco soy tan pobre como para no poder permitírmelo. Y aquí estoy, a 4 de junio a las 12:59 13:12 de la tarde, en una mesa del camping escribiendo esta entrada. Como véis escribir me lleva un buen rato. Me duele un poco el culo del asiento de la bici, mi rodilla izquierda me da miedo pero el ibuprofeno ayuda, y no huelo mal porque en el camping hay ducha. Voy a salir ya hacia Port Orford, pero no se cuanto tardaré ni donde voy a dormir. Supongo que lo contaré en la próxima entrada. Hasta entonces, drogaros a ver quién ve a Jesucristo primero.

Pd: cuando el grajo vuela bajo, aguas mil.

Pd2: Este blog es cutre de pelotas en términos de diseño pero no tengo tiempo de esforzarme, así que voy a probar a poner vídeos aquí abajo a ver si compensa. Decidme si es una chusta.

 

Pedos, mapaches, y nuevos comienzos (28 de mayo, 2021)

Querida familia – tanto los Ahijado como los Aparicio, tíos y tías, primos, primas, primis, abuelos y abuelas, padre, madre, hermano y hermana, estas nuevas entradas del viaje que sigue van especialmente dedicadas a vosotros. Se que os tengo un poco abandonados estos días/meses/años desde que estoy en gringolandia, y a muchos ya no os veo mas que en Navidad o verano (con suerte), pero os pienso mucho y os quiero aún más!

Empezemos…

Estoy lleno de pedos. No lo digo en plan metafórico. Literalmente me siento como una bombona de butano llena de gas corrosivo. Si hay fuga, va a morir toda la gente de este tren, empezando por la señora que va dormida a mi lado. Tan inocente. Cuando se le empiece a derretir la cara no se qué va a pensar. Siempre me pasa igual. Es porque mis bacterias  intestinales detectan que estoy atrapado entre una persona y la ventana y dicen “venga, es el momento, vamos a joderle hasta que reviente”. Y pues aquí estoy, tras toda la noche doblado como una gamba en el tren de camino a Portland, sin dormir, y lleno de pedos. Tal vez no debería escribir cuando estoy tan incómodo, pero a tomar por culo. Os voy a contar mis últimas 48 horas de existencia, que han sido las primeras de mi viaje en bici por la costa oeste de Estados Unidos. Ahí vamos…

Como ya es costumbre, acabar un ciclo de estudios significa lanzarme a alguna aventura enferma. Primero fue irme a Ghana sin mucha idea de lo que hacía, luego viajar en bici desde Pamplona hasta Amsterdam con una bici que se iba desatornillando por el camino, y esta vez en bici desde Portland hasta Berkeley – mas viaje adicional por México, pero ya no voy a cruzar por Tijuana que se que a todos os da mucho miedo que me rapten y conviertan en chop suey. Para los empanados, en Berkeley he estado estudiando un “Master of Development Practice” en la Universidad de California Berkeley durante los dos últimos años. Ha sido intenso, y raro con el covid, pero una gran experiencia de vida. Ya os contaré más en alguna otra entrada.

Portland está en la costa Noroeste de Estados Unidos, así que para llegar ahí desde Berkeley decidí tomar un tren hace dos días (el 26 de mayo). Bueno, dos trenes. El primero me llevaría hasta Martinez, un pueblo a uno hora de Berkeley, y el segundo ya me llevaría directo hasta Portland (16 horas de viaje). Mejor pongo el esquema de viaje abajo que se me está dando mal redactarlo…

26 de mayo – 7:25pm a 8:30pm tren de Berkeley a Martinez / 11:09pm a 3pm del día siguiente (27 de mayo) tren de Martinez a Portland.

Del 27 de mayo al 29 de mayo me acoge mi amiga Leah para recomponerme

Del 29 de mayo al 25 de Junio más o menos viajo en bici desde Portland de vuelta a Berkeley.

El primer tren fue todo bien. Llegó en hora, subí la bici, todo ok. Bueno, se subió un hombre en una de las estaciones y tuvieron que llamar a la policía porque no tenía billete y no quería bajarse del tren, pero nada fuera de lo normal aquí. En Martinez tuve que esperar 3 horas hasta el siguiente tren, así que aproveché para darme una vuelta por el pueblo y comerme un burrito en un parque. Igual de ahí los pedos. Bueno… Lo mejor viene ahora. Por fin son las 11pm. Llega el segundo y último tren, hace frío, hay gente sin hogar gritando y hablando sola caminando por la estación, y yo estoy listo para embarcar e intentar dormir en el tren. Me pongo en la cola de embarque. Avanzo. Llego al hombre que valida los tickets y ocurre lo siguiente:

  • “Hi” digo yo
  • “Hi, no puedes meter la bici” dice el segurata (Roy)
  • “What!?” digo yo
  • “Que no puedes meter la bici, ya no hay espacio y vamos tarde” dice Roy, con cara de ojete
  • “Pero qué dices, que son las 11 de la noche, estoy solo en un pueblo perdido y no tengo a donde ir!” le digo yo con cara de desgracia absoluta
  • Ya, pero no puedes meter la bici. Entra a la estación y pregunta a ver si te pueden ayudar” dice Roy

Según entro en la estación y me dirijo al del mostrador, uno de los del mostrador sale corriendo porque ve que el tren se está moviendo. Intenta señalizar pero al tren le vale madres. El tren se va. A tomar por culo todo…

El del mostrador me cambió el tren al día siguiente, pero me dijo que no sabía a donde me podría ir a dormir esa noche. Yo ya he hecho esto antes, merodear en la noche hasta encontrar una esquina oscura donde dormir sin que nadie me vea. Pero la idea de hacerlo en EEUU no es tan tentadora como en Europa. Aquí la cantidad de gente sin hogar y con problemas mentales abunda, y dormir en la calle en un centro urbano no es una gran idea. Así que me subí a la bici y comencé a pedalear en la noche. Me di vueltas por el pueblo y encontré un parque solitario. Mucho césped jugoso, eso está bien. Un skate park … no está muy bien, pero bueno. Me quedé de pie observando el parque durante 10 minutos para ver si había movimiento, pero eran ya las 12 de la noche y estaba listo para dormirme ahí mismo. Así que me dispuse a montar la tienda, y según lo hago… escucho un ruido. Es un animal. Parece un perro pero no es tan grande, y se sube a un árbol. No es un gato, es demasiado gordo y torpe. Parece un cerdo, pero los cerdos no escalan. Es un mapache. Los mapaches son muy monos, pero si te acercas te arrancan la cara. No es broma. Son unos desgraciados. Y no acechan solos. Vuelvo a mirar y veo dos más, luego tres. Me rodean. No se que quieren de mi, pero no pienso darles mi segundo burrito, así que cojo la linterna y les ilumino las caras, con la esperanza de que se asusten y me dejen en paz.  Error. Todos se quedan congelados, me miran con ojos brillantes, y se empiezan a acercar directos a mi. Fruta madre. Me tuve que ir del parque corriendo. Menudo desgraciado, abusado por mapaches. En fin.

Seguí explorando el pueblo, y encontré un campo de fútbol. Sin mapaches. Había un hombre ahí dormido con su perro, pero no lo vi hasta el día siguiente. Buena gente. Ahí dormí.

Pasé el día en Martinez, no estuvo mal. Buenas cafeterías, y un estuario muy bonito. Dejo fotos.

A la noche volví a esperar al tren, esta vez hasta las 12 de la noche, y esta vez sí me dejaron subir, gracias al señor (no a Roy). Son las 8:30 de la mañana del día siguiente, y aquí sigo, en el tren. Lleno de pedos. Me esperan aventuras. Iré escribiendo cuando pueda, para aquellos que me leéis. Prometo ser escatológico, explícito, y cagarla frecuentemente, como siempre.

Con amor y gas,

Pablo

Amar en tiempos de Tinder. Visión, misión y perspectivas de futuro (ES 16:55 18/01/2017)

Aaaaay el Tinder. Revolución sexual, social y emocional, todo en una app. De esto quiero hablar hoy. Pero no voy a hablar desde fuera, manteniendo una posición crítica de distancia y superioridad. No no. Quiero hablar desde dentro, y como siempre, metiendo mi historia fangosa de por medio. Porque yo… sí he usado Tinder.

(Nota: este post empecé a escribirlo hace una semana. Por aquel entonces, aún utilizaba la app, y la frase anterior se leía: “Porque yo… sí uso Tinder”. Hoy, la he borrado. La aplicación, no la frase. Bueno, la frase también. Ya me entendéis! En mi cerebro, es como si hubiese culminado mi experimento. Como si de repente no me produjese ningún interés. Creo que ya me he aburrido de ella.)

Decir que usas Tinder es un poco tabú a día de hoy. Nadie habla de ello de primeras, y la gente se avergüenza si se ve en la obligación de admitir que lo usa. Lo paradójico, sin embargo, es que muchos de nosotros/vosotros/ellos/ellas lo tienen instalado/a en el móvil/a. ¿Sabéis como lo se? Pues porque hay una opción en el facebook que te permite ver quién de tus amigos/as usa Tinder. Si si, lo que he dicho. Mucho dicen que Tinder no publica en tu nombre, pero nadie se lee la letra pequeña…

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También lo se porque me encanta sacar el tema cuando estoy con gente, y en el momento en el que yo digo que uso Tinder, todo el mundo empieza a hablar de su experiencia en la aplicación. Ahí es cuando se pone interesante.

Yo he tenido tres momentos en mi vida de usar Tinder. Tinder, por cierto, significa yesca o material inflamable. De ahí el logo…

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Eso, o el logo es una forma poco discreta de avisarte de que en eso se van a convertir tus genitales como no tengas cuidado usando la app. Pero, para los que no lo sepáis, Tinder también es una aplicación que te permite ‘conectar’ con personas cercanas a tí. Una vez que conectas con ellas, puedes convertir esa conexión en lo que a tí (y la otra persona) os dé la gana. Para conectar, lo único que tienes que hacer es desplazar el perfil de la persona (fotos + descripción) a la derecha de tu pantalla. Los perfiles se ven así…

Tinder app screen grab (HANDOUT)

Si esa persona hace lo mismo con tu perfil, se crea la magia potagia y se abre un canal para que los dos converséis.Y aquí es donde empieza lo jodido… pero volvamos atrás que me he ido, como siempre…

Yo he usado Tinder tres veces (o en tres periodos distintos de mi vida, más bien). La primera vez fue por curiosidad máxima, nada más salir la aplicación. Si si, el Tinder es una herramienta superficial, fría e inhumana del demonio (si tú la conviertes en ello), pero soy un ser curioso. Recuerdo que, por aquel entonces, podías darle ‘likes/me gustas’ a todas sin límite (no como ahora). A mi me parecía la mejor estrategia sin duda alguna; así te aseguras las posibilidades de echar pinchitos al máximo. Qué iluso. Al poco me aburrí de no encontrar a nadie interesante (mentira!! A veces escribo basura que no me la creo ni yo. Me aburrí de no obtener la aceptación desmesurada que buscaba, ni elogios a mi corte de pelo moderno, ni sexo rápido) y lo desinstalé.

Segundo intento… En éste me dio por experimentar al máximo jaja. Me río yo solo porque se lo que viene. Como ya no tenía smartphone, me puse el Tinder en el ordenador, y descubrí que podía cambiar mi posición GPS y aparecer en cualquier lugar del mundo (eso implica que las personas que me van a aparecer en la aplicación serán las que se encuentren -falsamente – cerca de mi). Y ¿qué hice? Pues intentar descubrir el país del mundo en el que más atrajese a las mujeres, para luego viajar allí claro! Así estaba de desesperado jajaja. Lo que hacen las hormonas…

(Nota: Al final del post os cuento en qué país tengo más éxito superficial :p )

Tercer intento… y último. A la tercera va la vencida ¿no? Más o menos, todo depende del objetivo prefijado… Lo que está muy claro es que esta vez ha sido diferente. Diferente porque el grado de conocimiento que tengo sobre mi mismo, sobre mis emociones, mis gustos y mis apetencias, ha aumentado mucho en los últimos meses. No es lo mismo meterse a usar una aplicación de citas online sin tener ningún criterio, buscando todo, queriendo todo, desesperado por obtener aceptación por cualquier lado sin importar quién te acepte, que ir con una serie de filtros por delante. Ir sabiendo que no le vas a gustar a todo el mundo, que no le tienes que gustar a todo el mundo, que no le puedes gustar a todo el mundo, y que no pasa nada, porque no todo el mundo te va a gustar a ti tampoco.

En Tinder solo hay gente superficial que busca follar y ya. Una shit licue de cabra strange, como diría mi primo. En Tinder me he encontrado de todo, desde chicas que no ponen mas que fotos de selfies poniendo morritos y enseñando escote (eso si, dejando muy clarito que solo quieren tener conversaciones profundas con gente interesante…), hasta chicas que están viajando por el país y quieren hacer amigos, o chicas que buscan el amor de su vida (que no mida menos de 1.80m por favor, que los demás son unos pedazos de escoria despojos de la humanidad que no merecen ni que se les dirija la palabra). Buah que de mala hostia me pone la discriminación por alturas. Me imagino que hay muchos tíos que hacen lo mismo o peor en Tinder (shame on them!), pero yo solo veo las tias y esos comentarios me sacan la vena psicópata. En fin. En Tinder también hay chicas que parecen muy normales, pero que luego son bordes como ellas solas, y chicas aparentemente vacías que luego te sorprenden con un mundo interior de lo más interesante. Y es que, ¿que hostias va a haber en una app a la que se une tanta gente, si no la misma diversidad de seres humanos que hay en la vida real?

Hay un pobema, chicos y chicas. Y ya es tan tarde en la noche que se me estan quitando los filtros cerebrales y puedo empezar a escribir barbaridades. La tecnología es como un vomitado de cigueña sólido, convertido en helado, metido por la napia de un rinoceronte, y vomitado de nuevo. Los seres humanos no estamos hechos para comunicarnos así. E igual que yo pierdo filtros cuando se hace muy tarde y me entra el sueño, la gente pierde filtros cuando está detrás de una pantalla. Y la gente hace daño. Y dice cosas ofensivas. O simplemente pasa de todo. Y luego se siente frustrada. Y se deprime. Y deprime a los demás.

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Imaginate esto: Suena tu movil y se te notifica de que tienes un nuevo me gusta. Máxima emoción, quién será quién será! Ermenegilda. Pues muy bien. Le escribes. “Hola Ermenegilda, que tal?” Carita feliz. Jamás hay respuesta. Fuck! Una semana después… otro me gusta. Petra. Aquí te pones ingenioso… primero la carita feliz, y luego el que tal. Responde!! Hola. Bien y tu? Pues bien, aquí bla bla bla. Tú que haces? Jamas responde. Fuck, doble fuck!! Al mes te percatas de que muchas tias en su perfil ponen: no respondo a “hola, que tal?”… What?!? Que clase de bordería es esa? Entonces que empiezo, con un chiste? Te cuento un poema? Algo ingenioso? Y tú que? Porqué tengo que ser yo el que hable primero? Qué clase de reglas implícitas hay en este juego? Si tu y  yo nos conocemos en persona, y al presentarme ves que no te gustan mis cejas (por ejemplo), o que no te apetece mucho contarme a qué te dedicas… me dejarías ahí, te darías la vuelta y te irías sin más?

Una de las cosas que más me han sorprendido del Tinder es la facilidad con la que se deshumaniza a las personas. Pero no porque la aplicación te obligue a ello, NO! Pero te facilita la opción. Las relaciones interpersonales requieren esfuerzo. Requieren esfuerzo para florecer, y para mantenerse en flor. Ese esfuerzo se percibe por ejemplo en momentos de silencios incómodos, nerviosismo o enfado. Son situaciones que requieren algo de trabajo para ser superadas y dar paso a relaciones ‘reales’. Pero ese esfuerzo no parece darse con demasiada frecuencia en el mundo virtual. Total, puedes bloquear a la persona o apagar el movil y te la suda. No le tienes que mirar a la cara. ¿Me equivoco? Pues sí me equivoco; hay veces que la vida no nos da para más, o somos muy despistados y tenemos ocho mil mensajes a los que responder, y aunque queramos responder, se nos pasa. La tecnología nos conecta por encima de nuestra capacidad de gestión de relaciones (creo yo), y por un lado o por otro, la acabamos liando…

Igual es que soy muy sensible, o excesivamente considerado, o estoy como una cebolla (100% ido de la olla), pero a mi esta forma de hacer las cosas no me parece correcta. ¿Sabéis cual es el problema de nuestra sociedad? Bueno, hay muchos, pero uno que se refleja aquí es que cada vez tenemos menos tiempo para vivir (porque estamos consumidos haciendo aquello que nos llena los bolsillos y nos vacía el alma), y echamos de menos sentir cariño. Pero ya no sabemos cómo ni donde encontrarlo, o estamos demasiado cansados y/o asustados para salir a buscarlo, y lo intentamos hacer desde el sillón, o el báter, o la cama o el trabajo. A través del móvil. Y ni siquiera ahí invertimos el esfuerzo necesario para establecer buenas conexiones humanas. Porque no podemos. O no queremos.

Es muy tarde, y no se qué digo. El Tinder es solo una aplicación. No es buena ni mala, porque es lo que los usuarios quieran hacer de ella, y estos no son ni buenos ni malos. Pero nos falta tanta educación emocional y tanto conocimiento sobre el gestión de las ‘relaciones virtuales’, que muy poca gente lo hace bien (bien, como yo entiendo bien, que puedo estar equivocado). Y ojo, que digo esto pese a que a mi el Tinder precisamente me ha ayudado a crecer personalmente, por raro que parezca. No respecto a echar pinchitos, sino a aceptar el rechazo (porque el Tinder es una máquina de rechazo continuo, y o lo superas o te hundes). Y a entender que yo también puedo rechazar, que tengo derecho a poner mis propios filtros (y que debo hacerlo!), y que soy una persona que también elige además de ser elegida.

Voy a concluir, porque es muy tarde, mi cerebro está líquido y no se cuantas gilipolleces estoy diciendo por párrafo: El Tinder es una plataforma online que facilita la creación de conexiones entre personas que quizás si o quizás no se hubieran conocido en persona de no haberse encontrado por ahí. Es una herramienta, y como toda herramienta, puede usarse bien y puede usarse mal, al igual que puede usarse para hacer el bien o para hacer el mal (conceptos distintos). En ella hay gente de todo tipo, maravillosa y no tan maravillosa. Gente con todo tipo de intenciones. Dado que somos (en general) pésimos comunicadores emocionales, y que la tecnología facilita el pasotismo y dificulta la empatía (frente a la interacción física), el Tinder se acaba usando de muy mala manera, y… en mi humilde opinión… no creo que jamás pueda ni deba sustituir al modo tradicional de buscar pareja. Hay casos de éxito, si. Pero son la excepción, no la norma. Ahora bien, si la herramienta recibiese un uso mucho más humano, y generase tanta confianza como para impulsar a las personas a pasar del plano virtual al físico con más rapidez, entonces creo que podría ser una herramienta muy potente para sacar a las personas fuera de casa. Hasta que eso ocurra, creo que es solo una excusa para quedarnos en nuestra zona de confort. Y por esto, creo que me la he borrado. Por último, solo deciros que es en México donde tengo más éxito superficial, en China donde menos, y que lo que he puesto del facebook revelando si usas tinder es una trola photoshoppeada que he colado porque me ha dado la gana.

Vivan los jabalís berrugosos.

 

[ES] De Orleans a Bruselas: sobre la rubia, Efemóclides, tortillas de patatas y una cara hecha de culos (18:44 06/09/2010)

Hace mucho que no escribo. Igual demasiado, pero es que han sido días muy ocupados. En realidad no, pensandolo mejor no creo que sea ese el motivo. El motivo es más bien que tengo buen internet y demasiado tiempo libre tirado bajo un techo decente, y cuando esto ocurre me engancho a ver series, pelis, a leer las noticias, ver videos sobre gente muy rara con dos cabezas en youtube, etc. Y al final nunca encuentro el momento de ponerme a escribir. Cuando estoy entre arboles, o el internet del McDonalds es tan lento que tarda 5 minutos en cargar un icono, pues soy más productivo. Curioso.

El caso es que no os he contado nada desde aquella noche en la dormí en aquel parque celestial justo después de Nantes; no os he hablado de la rubia, ni de París, ni de Bruselas, ni de que he defendido mi tesis hoy y he aprobado (y me han elogiado mi forma de escribir y mi pasión por la sostenibilidad :D), ni de a dónde voy mañana. Así que sin más dilación, os voy a dar la versión resumen (porque la completa es infinita).
Al día siguiente del parque celestial me levanté bien pronto, porque a mi alrededor ya había gente paseando a sus perros, y se hace un poco raro dormir en esas circunstancias. Casi un kilo de alubias con fideos y guisantes (mis combinaciones no serán muy ortodoxas, pero te nutren que flipas), y a las 8 estaba en la bici ciclando hacia el sol. Y tres minutos despues, me encuentro a esta…
imageEsta se llama Chloé (pronunciarlo como queráis, yo siempre lo pronunciaba mal), y es una fisioterapeuta francesa con motor Alemán que había vendido sus pertenencias, dejado su trabajo y su piso, metido todo en una bici KTM gigante con tantas alforjas que hasta las alforjas llevaban alforjas, y se había echado a la carretera. Menuda chutada. Aquella mañana que nos conocimos sólo llevaba un par de días ciclando, pero había hecho unas cuantas salidas antes, y estaba bien fuerte, así que sabía lo que estaba haciendo. Eso si, la tía pretendía dormir en campings como una pija, así que le dije que se dejase de tanta tontería que la iba a enseñar a dormir como un mendigo profesional. Dado que los dos íbamos hacia Orleans, decidimos ciclar juntos ese día, y me resultó muy refrescante volver a viajar con alguien. Todo mi viaje había sido solitario excepto con Alejandro los primeros días, y la verdad es que tanto tiempo conmigo mismo me estaba volviendo loco. En serio, el tiempo en solitario es muy bueno para escuchar las gilipolleces que reverberan constantemente en la cabeza de uno, pero pasado un limite lo único que quieres hacer es lijarte el cerebro para que las voces paren. Pero eso no es buena idea. Mejor es que se una alguien con quien hablar, y la lijomanía se acaba.

image image image image image image image image image image image image image imageLos tres días con Chloé fueron muy productivos en cuanto a distancia recorrida; nos levantábamos (se levantaba y me hacía seguirla) a las 7 de la mañana, y a las 7:30 estaba montada en la bici como una enferma mental. Ni desayunaba alubias ni nada. Pero claro, conmigo el 60% de las conversaciones trataban de comida y del hambre que tenía, y tras tres días eso caló y se acababa metiendo unos desayunos bien potentes. Al tercer día llegamos a Orleans, donde nos separamos y yo dormí detrás de un super muy cutre. Así es la vida.
imageLos siguientes dos días los invertí en llegar a París. No recuerdo muy bien como fueron la verdad, de modo que os dejo con fotos del camino…

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Esto fue a la mañana después de aquel post apocaliptico en el que relataba lo mucho que me cuesta pedir ayuda. Estuve en el McDonalds cargando el iPad hasta las 11 de la noche y salí de ahí en total oscuridad y sin saber donde dormir. Por suerte, encontré un parque y me dejé absorber por su negrura. Sorprendentemente, dormí como un cerdo de bien.

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Este es mi amigo Efemóclides. Me lo encontré tirado en un campo en medio de la nada y lo puse colgando de mi bici. Parecía que llevaba una cabeza amputada. Luego se me cayó por medio de París. Pobre.

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Mini-recuerdo: Una de las cosas que quería hacer durante mi viaje era comprarle comida a alguna persona solitaria sin hogar y comer con el/ella en el suelo, para que me contase su historia de vida y hacerle sentirse incluido/a en la sociedad de algún modo. Mi primer intento fue con un hombre que estaba pidiendo en frente de un super; entré, le compré un pan grande y queso, y le comenté que le había comprado comida y que quería comer con él. Inmediatamente me respondió que no, que tenía comida de sobra y que solo quería dinero. Yo, cortao, me disculpé y me fui. Mi segundo intento fue peor. Llegué a Paris y en medio de una gran calle había un hombre muy flaco y sucio sentado en la acera. No miraba hacia las personas que pasaban a su lado, ni hacia ninguna tienda ni restaurante, sino que miraba hacia el cielo, como si esperase ver algo que nunca llegaba. Estuve observandole casi media hora, durante la cual no se movió, y tras mucho debate interno, decidí que comería con él. Me fuí a un restaurante de Kebabs y me pedí uno con todo a rebosar, mas patatas y una botella de agua. Dejé mi bici junto a una farola, y con los raviolis que tenía para ese día, una cuchara y su bolsa con el kebab, me acerqué a él lentamente y le pregunté en mi francés chungo que si tenía hambre, que me gustaría comer con el. Y va, y me dice que no! Que ya ha comido y que no quere más! Debo admitir que lo flipé un poco; no me esperaba ese rechazo contínuo. El otro día lo conseguí por fin, en Bruselas. Pero no fue intencionado por mi parte, sino que fue un hombre muy muy flaco que se me acercó y me preguntó si le compraba arroz con verduras. Hablamos un poco y al final le acabó invitando el del propio bar. Pero me pareció muy curioso e interesante el hecho de que varias personas rechazasen mi intento de ofrecer comida. Parece que la comida no es algo dificil de conseguir ya. Da que pensar…

El caso es que llegué a París, y una vez allí me puse en contacto con la pareja que me acogió en Nantes. Que calidad de gente, en serio. No solo me ofrecieron su casa y comida durante dos noches, sino que además me dieron sus llaves de casa para que pudiese entrar y salir a mi bola, y me hicieron un mini-tour por la zona. Esas noches, el dormir en una cama de verdad me supo a gloria líquida. Nada mejor que eso.
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(Les cociné una tortillaca de patatas 🙂 )
El 1 de septiembre por la mañana cogí un bus hacia Bruselas. Cogí el bus porque si no, no me hubiera dado tiempo a estar allí para el finde del 2 al 4, durante el cual estarían mis padres y hermana de visita. Además, mi rodilla estaba bastante pocha y no era cuestión de meterme 300 kilometros a sprint en dos días.
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Bruselas ha sido gozoso. Estar con el brother, ver a la familia y dormir en cama limpia, ha sido gozoso. Conocer a Salvador y a su gato Bancuo, ha sido gozoso. Y hoy defendí mi tesis por skype, y me la aprbaron! Eso sí que ha sido gozoso 😀 Un peso menos de encima jeje. Mañana, el brother y yo salimos para Amsterdam, a la cuál llegaremos en unos 5 días, pero esto huele a desastre ocasional porque ni si quiera tenemos tienda para Ignacio, y la ruta va a ser improvisada al máximo. Pero bueno, da igual, más emoción.

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Bueno, aquí lo dejo, que estoy un poco chuzao de sangría (había que celebrar mi tesis y que Ignacio ha tenido su último día de trabajo hoy), estoy reventao, y mañana me tengo que levantar pronto o nos veo saliendo a las 4 de la tarde. Trataré de escribir en breves con los siguientes acontecimientos! Augur!!
(Nota: este post lo tenía que haber subido hace 3 días ya, pero la página web desde la que gestiono mi blog me la lió y no me dejaba entrar, así que hasta hoy no he podido. Disculpad el vacío existencial)

[ES] Hablando de la noche apocalíptica, de mas mucho, y de occipucios (19:47 23/08/2016)

Estoy en uno de esos momentos en los que tengo que esribir. Lo noto en mi occipucio, que es el bulto que tenéis en la parte de atrás del craneo. El mio es muy pronunciado. Tanto, que me podría colgar de un perchero. Pero ese es otro tema.
Hoy he salido de Nantes. Se que no os he contado ni cómo he llegado hasta ahí, pero todo a su debido tiempo. Siento que tengo que informar de que estoy escuchando a Yann Tiersen mientras se pone el sol entre los árboles, sentado en una mesa de madera frente a un pequeño lago escondido entre mas y mas árboles, y me encuentro en un estado entre nube y amapola celestial, de modo que igual se percibe en mis palabras.
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Hoy mi humor ha estado bastante tripolar. Por la mañana estaba en la gloria; luego de muy mala hostia porque he tardado cuatro horas en avanzar 10 kilómetros, y luego algo triste porque, bueno pues porque a veces estoy triste sin motivo aparente. Ahora tengo mi cacerola con espaguettis hirviendo delante mío, asi que muy triste no estoy jeje. Es importante elegir el momento en el que escribo mis entradas, porque si lo elijo mal puedo decir todas las palabrotas que no he dicho en 26 años, o llevaros a la depresión mas profunda. Este momento es bueno.
Quiero empezar por la noche en la que me convertí en un gran pelotudo. Fue la noche de hace unas cuantas noches, entre 3 y 4 pero me da pereza ser especifico. Esa día estaba en La Rochelle, una ciudad costera muy delux, la cual supe que me daría bien por el orto desde el primer momento. Primero, llevaba una semana sin ducharme casi (o sin el casi), e iba buscando desesperadamente una ducha de playa, de esas que eran tan abundantes en el sur de Francia pero que han ido desapareciendo a medida que me movía hacia el norte. Segundo, se me estaba haciendo tarde y no veía arbustos por ningún lado. Y tercero, tenía hambre. Tras un fracasado intento de encontrar ducha/cobijo/enjundia alimentaria, me decidí por ir al centro de información, donde me atendió una chica muy guapa que hablaba castellano. Esta desgraciada me recomendó dormir en la playa. No cualquier playa, una playa a las afueras de la ciudad en la que no había nadie. En mi mente, esta chica no la categorizé de desgraciada hasta la mañana siguiente. Os cuento porqué. Justo al atardecer, me presento en la playa. Y lo gozo.
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Me siento un afortunado de la vida porque, aunque no haya duchas, la playa es enterita para mi, se ve la puesta de sol, y es todo muy bucolicamente hermoso. Ceno viendo la puesta, y preparo mi tienda. La puse justo lo mas arriba que podía (miento, a 10 metros había un alto en el cual si la hubiese puesto no hubiesen ocurrido desgracias, pero soy pelotudo), asegurandome que la linea de algas quedaba delante mío y que la marea no subiría tanto. Me dormí sintiendome como un dios. Me desperté sintiendome como una pura escoria humana.

A las dos de la madrugada de esa noche me dio el insomnio, y me puse a escribir. Escribí el de qué haría si fuese dictador del Mundo, lo cual me llevó hasta las cuatro, y sin terminarlo decidí volver a dormir. No sin antes mirar fuera de mi tienda y comprobar que la marea seguía lejos. Efectivamente, habia bajado muchisimo. Tanto que pensé: “Jostras, como suba lo mismo que baja estoy jodrido”. Incluso me dije a mi mismo que lo mas inteligente sería subir la tienda al cesped que había mas arriba, y quitarla muy pronto para que no me viesen los coches. Pero soy optimista. Imbécil, y excesivamente optimista. En la bici iba pensando hoy que debería escribir una entrada sobre las desgracias que le pasan a la gente que es muy optimista, porque estas son muchas y muy interesantes. El caso es que yo me dije a mi mismo: “bah, seguro que la marea estaba lo mas alto cuando puse la tienda, y no va a subir mas que eso”.
Seis de la mañana. Estaba soñando algo entretenido, de eso que si te despiertas quieres volver a cerrar los ojos para seguir con la historia, pero nunca funciona. Y en un milisegundo noto dos cosas aterradoras: agua y movimiento. El agua es casi lo de menos, pero notar que todo se mueve a tu alrededor nada mas levantarte, y no saber ni hacia donde ni porqué es una sensación muy jodida. El caso es que mi tienda estaba siendo arrastrada por una ola que había subido hasta donde yo creia que era mi paraiso inalcanzable. Como os podéis imaginar, una tienda no está muy bien sujeta en la arena de playa, y a la que abro los ojos veo como la tienda esta rotando sobre sí misma y bajando hacia el mar. Empecé a gritar “no no no no no!!” en el momento en el que me di cuenta de lo que estaba pasando y lo primero que hice fue tratar de buscar la cremallera para salir. Pura ansiedad mental. Estuve al borde de rajar la tienda con tal de salir de ahi, porque sin mis gafas era como un feto siendo parido y no veía nada, y menos la cremallera, pero justo La encontré y me arrastré fuera antes de la siguiente ola. El estres y acojone que me produjo esta situación supera con creces los de ser aplastado por una apisonadora de arena o una cosechadora. Cuando me quise dar cuenta, el mar se había llevado la cubierta de mi tienda y mis cosas de cocina. El mar me devolvió todo menos la cubierta. Supongo que para que aprenda de una vez. Ah, y cuando encontré el quemador de alcohol, grité como un absoluto psicópata. Me hizo gracia hasta a mi.

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Mi iPad parecía haber muerto, porque no cargaba bien, y sigue sin hacerlo. Pero hay momentos en los que me da una alegría y se carga, como ahora, que lo tengo enchufado a la batería que cargo con el panel solar (el panel es una maravilla por cierto), y por eso estoy escribiendo esto. El día siguiente lo perdí en ir al Decathlon a por mas clavos de esos para la tienda, y en reordenar mi cabeza. Dormí en un camping por primera vez porque no podía con mi alma. Esa noche diseñé otra cubierta para mi tienda, con bolsas de basura y cinta americana jaja. Salió igual que todos mis intentos de imitar algo del programa Art Attack; una enorme chapuza. Pero de momento funciona. A ver cuando llueva…

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¿Alguna vez habeis probado alubias pintas con espaguetti? Esta riquisimo! O igual es que yo tengo mucha hambre, no lo se.

El día siguiente hice bici con calma, y llegué hasta un pueblo llamado Challans. En realidad no vi el pueblo en sí, sino que me dediqué a mirar en los basureros de los supermercados. Suena raro, lo se. Siempre había sido el que mira a los que miran en los cubos de basura. Es curioso el cambio de perspectivas. No es que necesite comer de la basura, sino que me parece una verguenza lo que se tira…
image imageEn realidad no es una verguenza, porque los dependientes hacen lo que se les dice. Lo que es, es un sistema muy jodido. Ya hablaré de ello en el post sobre alimentación. Ese día dormí en un parque, super a gusto. No os imagináis lo que valoro a día de hoy tener un lugar para dormir en el cual nadie me moleste, nada me llueva encima, no me aplaste un camión, ni me lleve la casa el viento, ni me arrastre una ola. Infravaloramos una habiación y una cama (con almohada!). Pero es normal que infravaloremos ciertas cosas. Si no, estariamos todo el dia alucinando pepinos con todo como si nos hubiesemos comido un kilo de setas psicodelicas.

La mañana siguiente fue el dia de ayer (22 de agosto), que me tocó hacer una ruta bastante larga, hasta Nantes. Mi objetivo era llegar pronto y ver la ciudad con algo de calma. Me hice 50 kilometros muy embolao, y a tan solo 10 de Nantes me perdí, para variar. Resulta que acabé en una gasolinera en medio de la autopista, y de la cual no podía salir (de forma legal). Esto fue cuando un tío alto con gafas se me acerca y en inglés afrancesao me pregunta que que shits estoy haciendo. Jaja. Me dijo que lo tenía complicado para salir de ahí, pero que él me podía llevar en su coche si conseguíamos montar la bici en su capó. Y eso hicimos. Que majo. Y para rematar mi buena suerte, el tío era dueño de una tienda de bicis en París (uno de mis próximos destinos) y me podía ayudar a ponerla a punto (porque ya se me ha roto un radio, entre otras cosas). Fuimos hasta la casa de su suegra, donde estaba su novia. No creo que sea la suegra si no se han casado, pero ya me entendéis. La novia de Charles se llama Linda, y al llegar y para mi sorpresa (y alivio), me invitaron a pasar la noche en su casa. Dejamos todo y nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad, la cual me pareció una de las mas bonitas que he visto hasta ahora, y en la cual viviría bastante a gusto yo creo. Esta hecha para las bicis y los peatones, de modo que casi no hay coches, y hay un montón de parques y canales. Tres belle! Charles sueña con ser negro, porque le gusta el baloncesto y dice que los negros molan mas y son mas fuertes. Pero no es negro. Así es la vida.

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Luego fuimos a cenar con la madre, y me invitaron a una cena en un barco en el canal (el barco de la primera foto). Gente de calidad. No de calidad monetaria, sino humana. Se portaron increiblemente bien con un completo desconocido. Ahora me apetece hacer lo mismo a mí.

Dormí como un rey en un sofá-cama gigante. A mitad de la noche me despertó el ruido de un camión y pensé: “ya está, aquí la palmo”, y luego caí en la cuenta de que no estaba tirado detrás de un seto sino en un primer piso muy bonito y seguro. Pura vida. A la mañana desayunamos todos juntos, me despedí muy agradecido y me fuí en busca de una tienda de segunda mano para encontrar el teclado desde el cual estoy escribiendo esto. 😀 No creí que tendría la suerte de encontrar un teclado tan bueno y barato como este, y menos que me dejase poner acentos y ÑÑÑs jaja, estoy en la gloria. Eso sí, no se si he hecho bien en deciros lo de los acentos, porque ahora me había acostumbrado a no ponerlos y me estoy liando con qué lleva acento y qué no. Como hecho de menos el autocorrector del word carajo.

Luego fue cuando me perdí durante horas y quería dejar que me llevase el rio. Encima ha hecho tal calor hoy que no he podido ciclar mas de una hora seguida cada vez. Ha habido un momento en el cual estaba tan mal que me he metido en un super y me he comido un yoghourt de 600 gramos, una bolsa de cereales, 1 litro de zumo de manzana y un bollo de pan pequeño, todo en menos de 5 minutos, porque creía que me quedaba tirao como una flema en el suelo. Y os tengo que hablar de la comida. No es normal la de comida que tengo que comer al día. Y luego no se donde se va. Hoy he desayunado en la casa de esta gente un desayuno normal. A las 2 horas me he metido medio kilo de lentejas con fideos y verduras. A la hora de eso me he metido el atracón de yoghourt. Luego he ido comiendo pan todo el rato, y a las 7 de la tarde me he cenado los espaguetti con alubias. No he comido tanto en mi vida. Creo que si un dia me salto alguna de las comidas me quedo famélico. En fin, ya voy a ir acabando. Desde que he empezado a escribir han pasado 2 horas. Son las 21:58 para ser exactos. En este tiempo he escrito, he cenao, he hecho mis 160 flexiones diarias, he hecho mermelada de moras, he puesto la tienda, he limpiado los cazos, meao como las cabras, y me he metido en la tienda. Toca sobar. Mañana subo este post a ver si encuentro un fetido McDonalds.
Black power!

[ES] Muchas noches, y porque los adolescentes deberian estar congelados al vacio (7:39 17/08/2016)

No se como, pero ha pasado una eternidad desde que escribi la ultima entrada contando donde estoy y que hago. Cada noche, cuando me meto en mi casa/tienda/cama/ataud, me propongo escribir, y a los 30 segundos estoy sobadisimo. Pero ahora es por la mañana, estoy en un McDonalds chupando wifi y he dormido mis horas, asi que no tengo escusa (en realidad, esto lo escribi hace casi una semana, pero por problemas tecnicos no ha salido a la luz hasta ahora, dia 21 de Agosto). Voy a ser agil y veloz en mi narrativa, cual mujer en las rebajas o jugador enfermo mental del Pokemon GO.

Bueno, os pongo una imagen de todo lo que he ciclao (no se si de dice, pero yo lo digo) desde los origenes en Pamplona…
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En realidad es mas porque si cuentas los kilometros extra por perderme, pues sumaran unos 100 o asi. Pero en fin. El caso es que la primera noche desde que hablamos fue la de Burdeos. Llegue a burdeos agonizando a muerte porque me hice 65 kilometros bajo un sol infernal y casi no pare, porque queria tener tiempo de encontrar a alguien que me acogiese en su casa. Al llegar, me deprimieron dos cosas: (1) que no habia cesped, ni parques cerrados donde agitanarme, y (2) que TODO era carisimo! Lo primero que hice al llegar al centro de la ciudad fue pararme en el McDonalds a chupar wifi, y luego me sente en un bar mas decente para tomarme una bebida. En realidad era porque tenia que ir al baño con urgencia, y necesitaba ducharme porque llevaba 3 dias como Tarzan. A medida que uno viaja de este modo, se van perdiendo filtros y todo lo relativizas, de tal modo que estaba en el baño de un bar/restaurante bastante pijin, medio en bolas enjabonandome a ultra-velocidad como un poseido delante del espejo. Y entro gente. Y me dio igual. Esperad, antes de seguir tengo que detenerme en la limonada. No solo fueron 4 euros (era lo mas barato de la carta), sino que no saben lo que es una limonada y se toman un agua efervescente con sabor a smint de limon. A este pais se le esta llendo todo de las manos…

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En mi desenfrenado intento por encontrar alojamiento, porque dormir en un banco no era opcion dada la hostilidad que emana de la ciudad (la gente era un tanto borde, de ahi el nombre Bordeaux; Borde– de borde, y aux, de nosotros), probablemente fruto de la desigualdad economica de sus habitantes, me hice amigo de Españoles en Burdeos, me meti en foros, busque por Tinder 😉 y nada, asi que le dije a mi amiga la de CouchSurfing en Biscarrosse que si me podia echar un cable y a la hora se planto en Burdeos a hacerme compañia (1 hora en coche, dos dias en bici, no esta mal jaja). Que mona ella. Durante esa hora de espera escribi mi post sobre la monogamia. Una hora productiva.

Llego la chica y nos fuimos a conocer el Burdeos nocturno un par de horas, cenamos un lote de alubias pintas con fideos en un banco (pura life) y luego fuimos a un bar donde nos encontrariamos con la amiga que potencialmente nos acogeria. Correccion: a Seph la acogia fijo, yo era el potencial. Y potencial me quede. Estuvimos hasta las dos en el bar bebiendo mojitos virgenes (porque eran gratis, y pagar 12 euros por una copa no lo hago ni borracho), donde conoci a la amiga y un panameño muy a lo primo Pablo pescador, que estaba todo el dia haciendo surf y gozandolo cual vividor. Con la amiga no colo lo de quedarme a dormir con ellas, y a las 2:30 de la madrugada me encontraba solo en la calle, rodeado de gente borracha, sin poder caminar (en ese momento me dolian mucho las rodillas, y estaba escocido como un bebe rechoncho), con una bici obesa y bajo truenos y relampagos. Esta bien, lo de los truenos y relampagos no es verdad. Hacia muy buena noche, debo admitir. El caso es que, como hago cada noche cuando no se donde voy a dormir, me muevo. Y me movi, con el subidon de mi mojito, bordeando el rio con la esperanza de encontrar un hueco en el que meterme. Pase por hordas de gente haciendo botellon, gente escuchando rap en frances y mirando al infinito, y gente haciendo pis, hasta que al final lo encontre. Mi hogar. El lugar perfecto. Un skatepark!

El skatepark era muy grande, y pense que dormir en lo alto de una de las rampas seria un puntazo, y que si alguien trataba de venir a robarme le podria empujar con el pie mientras subia y ya. Ademas hacia calor, asi que no necesitaba la tienda de campaña, y en la oscuridad no se me veria mucho. Todo positivo. Total, que consigo subir a una de las esquinas mas ocultas del lugar, hincho mi esterilla, me meto en el saco, y lo gozo. Durante 15 minutos. Os estoy hablando de que eran las 4 de la mañana ya, y me tenia que despertar a las 7 si no queria que me arrestasen. Pues a esas horas inhumanas, quien mierdas querria ir a un skatepark???? Pues una horda de aborrescentes, que no solo van de chillout, sino que empezaron a tirar piedras, o balones o yo que se que por las rampas, haciendo un ruido insoportable, chillando como cerdos y caminando a cinco metros de mi. Tendria que haber salido de mi saco con el cuchillo, gritado como un psicotico mientras me hacia un mortal, y se hubiesen ido, pero estaba demasiado cansado como para creerme que lo que estaba pasando era real. Estuvieron asi toda la noche. Al final debi dormir una hora. Ahi van las fotos de mi skatepark paradisiaco…
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Por la mañana me reuni con Seph y vimos la ciudad. Ahi estuvo mejor, aunque yo parecia un zombi que acababa de dejar las drogas. Fotos…
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Al medio dia partimos, yo por mi lado y ella por el suyo. Estuve ciclando hata que casi me duermo sobre la bici (para lo cual no tarde demasiado), y pase la noche en un pueblo cuyo nombre no recuerdo. Me asente en el cesped de detras de un supermercado, totalmente expuesto al mundo pero era la noche del sabado y pensaba que nadie pasaria por ahi porque el super estaba cerrado. Una mierda. Voy con los adolescentes otra vez.
Al igual que la noche anterior, hacia mucho calor, pero dados los bichos me decidi por poner la tienda (solo la malla interna, para poder respirar). Me dormi bastante rapido, pero a las 3 de la mañana empece a oir gritos. Normalmente cuando me despierto dentro de mi tiendo por ruidos lo hago de un espasmo explosivo, me retuerzo como una gamba, me da un pequeño infarto porque pienso que es un camion o algo que me va a aplastar (estres postraumatico de dormir en la playa), y luego identifico lo que ocurre. En este caso, eran un monton de chavales con motos de estas enanas de gasolina haciendo carreras ilegales nocturnas, bordeando el trozo de cesped en el cual habia puesto la tienda. No tengo palabras para expresar mi desesperacion. Hermanita, a ti te salvo, pero al resto de adolescentes los envasaria al vacio y los congelaria durante 10 años, por lo menos.

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Ese soy yo a la mañana siguiente. Sobadisimo pero feliz porque encontre una lavanderia de moneda y lave toda mi ropa. Gloria de pago. Luego tuve que ir con los vaqueros colgando al cuello como una capa porque no se secaban.

Ese dia hice mucha bici, pasando un viñedo tras otro. Si habeis leido la entrada de “Defeking in nature”, sabreis como fue la historia. Si no, leedlo jaja. Basicamente acabe durmiendo entre uvas y estrellas, algo unico.

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Esa foto un tanto extraña es mi espalda/culo, para que veais el contraste. Soy multicolor. Luego, a mi bici se le ha desintegrado del todo la pata de cabra. Y por ultimo, la foto de la señal tiene su historia. De camino al viñedo me perdi y acabe no se como al lado del rio, donde habia un chaval aleman con cara de querer aplastarle la cabeza a alguien, porque se habia perdido tambien. Me dijo que tardo dos horas y media en hacer cinco kilometros porque no conseguia salir de los campos de cultivo, y las señales le hacian dar vueltas sin sentido, asi que en un momento de furia se saco una onda vital y revento el cartel. Eso me dijo el, luego yo al seguir mi camino comprobe que no me habia mentido, como verifica la foto. Un tio muy gracioso.

Del viñedo me puse en marcha pronto, por motivos obvios, y pedalee hacia Royan. Royan es una ciudad que tiene mar, y destaca por bella, como Marbella (esto a Ignacio y Maria les hara gracia). Para que os hagais una idea, es como California pero la gente que corre por el paseo esta en peor forma fisica. Es lo que tiene que sean personas normales, y no actores de la tele, supongo. Estuve un buen rato en una de las playas, donde me hice unas lentejas a lo Golum (a escondidas de los socorristas), y luego me fui a merodear la ciudad porque el calor era insoportable. Esa noche habia fuegos artificiales, y la verdad que fueron espectaculares. Estaba todo el mundo en la playa, y los fuegos los lanzaban desde una isla flotante que habia justo en frente. Habia mucha policia, ya os podeis imaginar por que. Y me registraron casi entero. Tampoco les puedo culpar; un tio que va en bici, de negro, con una gorra negra, a las 11 de la noche, yendo y volviendo ochenta veces por el paseo de la playa, algo sospechoso parece. Incluso la gente me miraba raro. Menos mal que no encontraron los porros que llevaba en mi neceser. Es broma.

Esa noche dormi en una rotonda muy grande. En general he descubierto que se puede dormir en cualquier lugar si te asientas una vez se haya metido el sol y te despiertas pronto. En esta rotonda habia cesped, y me tapaban unos arbustos, asi que pude poner la tienda a gusto. Eso si, cada vez que pasaba un camion, microinfarto. Y ya solo me queda el dia de ayer, que no fue nada especial. Pase por sitios bonitos, eso si…

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Tras mucho pedalear, yegue a Rochefort, desde donde escribo ahora. La verdad que me esperaba mas de esta ciudad, carteles de queso o quesos gigantes, o un globo con forma de queso sobre la ciudad, pero nada, bastante cutre. Dormi tirado detras de un seto, para rematar la cutrez. Pero hoy voy hasta La Rochelle, que es mucho mas bonito y tiene mas cosas que hacer. Voy a ver si consigo un host para que me deje una cama o sillon en la que dormir, y os cuento!
Hasta la prox!

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(Nota informativa: mi ipad ha vuelto a la vida, pero mi teclado no, y no soy como los chinos que escriben sobre las pantallas tan rapido que se les liman las yemas. Yo soy lento como una abuela hipermetrope en un cuarto oscuro. Os queria decir que estan pasando los dias cada vez mas rapido, y que voy a tener que subir una entrada expres (que va a contener desastres, que son todo lo que me ha pasado ultimamente) de mis ultimas etapas. Aparte, os comunico que solo os voy a deprimiros los domingos, que total ya estareis bastante depres de que se acaba el finde, y no puede empeorar mucho mas. Vamos, que posts sobre lo jodido que esta el mundo los subo los domingos. Se que os he dado caña estos dias. Es que me emociona el tema y me pierdo. Es casi orgasmico. Pero de cero me imagino que puede ser agotador. Os agradezco la paciencia :). Ah, y si no consigo teclado, mis psts van tnr q sr sin tilds ni cnsnants. Asi que rezad.

Mañana estare en Nantes por cierto. Esta noche duermo en…esto…

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Fin de la mega nota.)

Pablo out.

[ES] Dia 6, 7 y 8: Mi primera experiencia haciendo CouchSurfing y la subida a la duna de Pilat (dedicada a Armand) (11:03 11/08/2016)

Antes de nada, os cuento donde estoy. Estoy en un parque. Un parque muy largo, porque esta contiguo a la playa y al paseo maritimo. En concreto, estoy detras de un seto, donde he cenado unos espaguetis con verduras, y donde luego he decidido montar mi tienda. Dormir de ilegal todos los dias tiene su punto de emocion. Nunca sabes con certeza que carajos va a pasar con tu vida esa noche, pero lo haces porque es gratis, y porque te da la gana. Esto me recuerda que hoy me he colado por la entrada principal de un camping gigante, y nadie me ha dicho nada. La reaccion de los guardas ha sido nula porque yo, con mi tremendo empane e ignorancia de las cosas, creia que era gratis y no habia visto los carteles gigantres de ‘prohibida la entrada a no clientes’. Asi que he entrado, y a punto he estado de montar mi tienda, lavar mi ropa, ducharme y banarme en la piscina, con todo el morro jaja. Al final me sonaba demasiado extrano que todo eso pudiese ser gratis, me he sentido mal y he ido a preguntar. Me han dicho que diez euros, y me he ido. 10 euros son 3 dias de lentejas con calabacin y zanahorias.

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Bueno, hoy os queria contar 2 cosas interesantes que me han pasado estos ultimos dos dias. La primera tiene que ver con los dos dias que he pasado en Biscarrossa. Normalmente soy un nomada de doce horas, lo que implica que solo paso la noche en un sitio, y al dia siguiente sigo mi camino. Pero a Bisca llegue algo jodido de la rodilla y con un poco de miedo de seguir reventandola demasiado, ya que me estaba costando incluso caminar. De modo que decidi pasar dos noches ahi. La primera tarde consegui internet en una cafeteria, en la cual estuve sentado mas de cuatro horas (editar las entradas del blog con las fotos y todo lleva una eternidad, no os haceis idea) y solo me pedi una limonada (pero deje buena propina). Justo antes de que se hiciese de noche comence mi busqueda de posible hogar, y econtre un descampado entre unos edificios y detras de unas basuras que tenia buena pinta (como veis, mi liston va bajando drasticamente). Pase la noche con un poco de paranoia, ya que de vez en cuando pasaban coches o tractores y removian los cubos, pero nadie me vio, o si lo hicieron nadie dijo nada. A la mañana cogi mis cosas y otras cuatro horas en la cafeteria. Esta vez, intentando conseguir que alguen me acogiese en su casa mediante CouchSurfing.

Aquellas personas que hayais interaccionado con hombres sabreis que, por lo general, no nos gusta pedir ayuda. Si nos perdemos, ya encontraremos la forma de llegar; si llevamos dos horas tratando de hacer funcionar los ochocientos botones del mando de la TV, pues otras dos horas mas que ni de coña miramos el manual. Por lo menos, ese soy yo (y algun otro que me conozco). A mi me cuesta la vida pedir ayuda, no se porque y es claramente una debilidad. Por no pedir, no pido ni la sal (verdad Aida 😉 ).

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Pues CouchSurfing, para el que no lo conozca, es una web que permite a viajantes dormir en camas o sofas de personas que, de forma gratuita, ofrecen su hogar a desconocidos. Igual alguno te descuartiza mientras duermes, te congela y luego te usa durante años para hacer cocido madrileno, pero por lo general la gente se comporta. CouchSurfing es, en otras palabras, una plataforma que te ayuda a pedir. Pedir ayuda para una noche, pedir compania, etc. Pues despues de convencerme a mi mismo de que seria una opcion bastante mejor que volver a dormir detras de las basuras, me meti en varios perfiles registrados en Bisca y empece a pedir alojamiento gratis. Todos me denegaron excepto Sephora (aka Seph), una chica francesa de 26 años que vivia a dos calles de mi casa/basurero.

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No tengo experiencia con otros hospedadores, pero creo que tiene que ser dificil superar la que me dio Seph. A ver… no jodais y vayais a pensar mal… Seph fue encantadora conmigo, me rocogio en el bar, nos tomamos unas bebidas y fuimos a su casa. ‘Couch‘ significa sofa, para los no poliglotoides, y es normalmente lo que se ofrece para dormir a los surfers. Es donde me toco dormir a mi, y yo no podria haber dormido mejor. Eso si, antes de dormir Seph me ofrecio acompanarla a su trabajo; ella trabaja de noche de moderadora en las zonas de fiesta de Biscarrossa, un trabajo que nunca antes habia visto. Basicamente lo que hace es ponerse un abrigo ocho tallas mas grade que ella (lo siento Seph, pero es que eso me hizo mucha gracia jaja), y junto con David (otro moderador), que es un cachondo mental, reparten preservativos (gratis!! Casi sale mejor venir a Francia a que te los den, que comprarlos en Espana jajaja), tests de alcoholemia y panfletos informativos por las calles. Ademas estan al tanto por si hay gente muy muy licuada de la cabeza de tanto vozka y les echan un cable. Pero lo mas divertido fue probar un juego que hacen en la calle, que consiste en ponerse unas gafas (iguales que las de nieve) que te hacen sentir borracho a muerte. Os lo juro, es como haberse chutado siete copas de golpe, y que luego te den un batazo en la cara jajaja lo que me rei. Luego te hacen pasar en slalon por unos conos, y cada vez que te chocas cuenta como un accidente de trafico. Yo solo me choque una vez y me hice varias vueltas, osea que puedo conducir ciego como una rata que como mucho aparco encima de un arbol.

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Dando vueltas por las calles estuvimos hasta las 3:30 de la madrugada, pero yo a partir de la una estaba flacido y muerto en el asiento de atras del ‘coche patrulla’. A los que me conoceis bien no os extranara nada jaja. Luego dormimos y a la mañana Seph y yo fuimos a cazar croissants y napolitanas (si si, se que hace unos dias dije que los croissants eran una mariconada y habia que desayunar fabada litoral, pero es que olian a lujuria). Muchisimas gracias por darme una primera experiencia de CouchSurfing inigualable Sephora! Como mola encontrarse a tan buena gente por la vida :).

(Aqui va una foto de Seph, David y yo gozandolo esa noche con un gofre KeTKags! Cuando me pase la foto, la subo.)

Bueno, de Biscarrossa sali lleno de mantequilla, croissants y mucho pan de nueces hacia Arcachon. Ah, a todo esto, ahora llevo rodillera, que me ayuda y me mola porque parezco un puro superviviente. Ahi va foto…
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(Nota: me acabo de girar para hacerle una foto a mi rodilla y me he reventado la otra rodilla contra una columna. Ahora se me esta hinchando. Muy bien Pablo.)
De camino a Arcachon me pare a comer moras hasta reventar (yo alucino pimientos al pensar que la naturaleza da cosas asi de ricas y gratis), a admirar a este bicho, una maravilla de la ingenieria biologica. Y nosotros con drones que duran 15 minutos en vuelo.
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Y a subir esta duna…
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No se si se aprecia la tochez de duan que es, pero es una burrada. Se llama la duna de Pilat, y es la duna de arena mas alta de Europa, si no me equivoco. Tarde media hora de reloj, y no exagero, en llegar a la cima. Habia unas escaleras pero yo decidi que arrastrarme como si fuese un herido de guerra por el campo de batalla lo daba mucho mas. Me arrastraba tan despacio con una sola pierna y las manos que tuve que cambiar de tecnica (los zapatos en las manos y los pies descalzos). Debia tener una pinta tan deforme que un senor me hizo fotos hasta que llegue arriba jaja. A la mitad casi me da un infarto, y estuve a punto de caerme muerto bajo el sol, pero me vino a la mente mi primo Armand y segui adelante. Armand es la persona mas valiente y fuerte de este mundo, y no exagero. Eres mi inspiracion Armand, lo fuiste mientras subia esta inmensidad de duna, y lo eres en muchos otros aspectos de mi vida. Te admiro, y por eso, te dedico la subida.
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Despues de la duna fue cuando me cole en el camping, pero como he dicho, pase de pagar 10 euros y segui mi camino hacia Arcochon. Arcochon es bonito. Un lugar un tanto pijin (por lo general toda esta costa lo es), pero el atardecer sobre las playas infinitas merece la pena. Llegue a las 8 a la ciudad, pero me mantuve por las afueras porque siempre es mas facil encontrar un sitio donde dormir. En mi busqueda me cruze con unas barras donde hacer ejercicio, y me pare a hacer un poco de musculacion casera pelotera. Los que me conoceis tambien sabeis que no me puedo resistir facilmente a unas barras de las que colgarme ;).

Al final acabe durmiendo sobre un cesped detras de unos setos, desde donde empece a escribir este post. Pondere la posibilidad de dormir en la playa otra vez, pero lo del tractor que te descuartiza mientras duermes ya me acojona un poco, y menos mal porque a la mañana he visto que toda la playa estaba amasada. No se que hubiese sido de mi jaja. Eso si, de esta noche he aprendido otra cosa importante: los parques los riegan. Shit. Menos mal que mi tienda es bastante impermeable y no me ha entrado nada. No puedo decir lo mismo de las alforjas. La noche tambien me ha dejado otra amiguita…
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Bueno, hoy es he dejado bastante escrito, para que no os quejeis! Y para que sepais mis siguientes pasos, os cuento… Ahora mismo estoy en un McDonalds chupandoles el wifi y la electricidad. No he pedido nada y no me han echado. Mola. A todo esto, son las 12:26 de la manana (12 Agosto). Voy a estar aqui sentado hasta que suba el post, y luego me marcho. Mi siguiente destino es Burdeos. Se sale un poco de mi ruta, pero me dicen que es muy bonito y no me he podido resistir. Donde dormire? En una casa abandonada? Debajo de un camion? En los intestinos de una vaca? En el sofa de algun couchsurfer?? Ya os contare! El dia de hoy es una incognita considerable, pero siempre me acaba saliendo bastante bien :).

Cuando el grajo vuela bajo, aguas mil.

[ES] En Pamplona con el primano Alejandro: a 8 horas de la salida (00:37 3/08/2016)

Ayer llegue a Pamplona a medianoche como si me hubiese pisado la cabeza un bisonte, pero lo mas importante es que mi bici seguia en el maletero del bus cuando me baje de el. Tras volver a montar la bici, dar unas vueltas por el aparcamiento, romper la pata de cabra y salir de la estacion, me encontre con Alejandro, mi primo primano. Vive en un piso en la calle Estafeta. Un cuarto piso. Sin ascensor. Subir cuarenta kilos de bici a esas horas… Pura vida.

El caso es que la casa esta muy bien, y tiene una salita donde tiene instalado un sistema de realidad virtual (similar a las famosas Oculus Rift) que llevo queriendo probar desde que he oido hablar de ello. Madre del señor todopoderoso, nunca habia probado nada parecido. En serio, la sensacion que produce estar inmerso en un mundo digital a traves de ese sistema es algo que todos deberias probar. En mi opinion, abre un mundo de posibilidades que hasta ahora no podiamos ni imaginar. Sobre todo para las personas con discapacidad fisica o movilidad reducida, creo que las tecnologias de inmersion virtual pueden suponer un alivio y una distraccion muy importantes. Espero que haya gente investigando este area.

A la mañana siguiente me desperte lo mas tarde que me he despertado en los ultimos 10 anos, a las 11 de la mañana. Hace tiempo que no dormia tan bien, como un cerdo desparramao. Igual. Los objetivos del dia eran simplemente reponer fuerzas, ver a mi tia Cari, bañarnos en el rio y prepararnos psicologicamente para el dia de mañana.

imageEn la foto estamos (de izquierda a derecha) yo, Izaskun y Alejandro. Detras, el puente desde el que me he tirado de mortal y me he dado tal planchazo que se me ha descolocado la mandibula y el pezon derecho. Cosas que pasan.

A la noche he cenado dos veces, la primera un pincho de tortilla y un tinto de verano con mi tia Cari (gracias Cari, me acordare de ello cuando este comiendo musgo y palos hervidos dentro de unos dias), y la segunda una tosta de tomate con aceite acompanado de Alejandro y Bea, su novia. El tema de la comida en este viaje me va a dar mucho de que hablar. Asi de primeras os dire que no como carne ni pescado, pero no me gusta decir que soy vegetariano ni vegano porque no sigo el mismo patron de comportamiento que muchos de ellos. Mas adelante explicare que criterios sigo para elegir lo que como y lo que no. Lo que no se es si voy a ser capaz de ser tan exquisito con la alimentacion durante este viaje, ya que igual acabo como si saliese de un campo de concentracion, y tampoco es el plan.

Mi idea es gastar la minima cantidad de dinero posible al dia, y dado que mi unico gasto es en comida, estoy estudiando mis opciones, las cuales se reducen basicamente a dos: pedirle a los restaurantes que me dejen comerme lo que les sobra a sus clientes, u ofrecer lavar los platos a cambio de algo de comida. Para ser sinceros y pese a lo mal visto que esta, me gustaria que los restaurantes me dejasen comerme lo que los clientes tiran por pedir demasiado, ya que se tira muchisima comida habitualmente, y me produce una pena enorme.

Bueno, hoy lo dejo aqui, que mañana salimos muy pronto, ya son la 1:30 de la madrugada, estoy muy cansado y tengo muchisimo dolor de garganta. Mañana, Pamplona-Hendaya si se da bien el dia. Si no, dormiremos a mitad en alguna cabaña de palos y piñas que nos construyamos Alejandro y yo. Ya os contare, asi que estad al tanto!

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