[ES] Si Hulk fuese vegano y no se metiese esteroides, dasayunaría esto por las mañanas… (16:00 15/02/2017)

Desayunar me produce placer. Muchas veces me meto en la cama y solo la idea de saber que voy a desayunar a la mañana siguiente me hace feliz. Las madres y Arguiñano siempre dicen que el desayuno es la parte más importante del día. No se si será la más importante, pero desde luego importante… es.

A lo largo de mi vida he desayunado varias cosas. En los orígenes temporales, teta. Luego en primaria desayunaba lentejas, croquetas, alubias, filetes e incluso pollo frito. Muy enfermo todo, pero es que en el cole me dejaba la comida (sin comer), de modo que la madre nos hacía desayunar la comida y comer el desayuno. Cuando ya empecé a dominar mi propia vida tuve una época de prepararme el desayuno la noche de antes. Cogía una taza gigante, le metía una capa de cola cao, luego cereales corn flakes de esos gordos, más colacao y luego leche. A la mañana siguiente eso parecía un triturado de cerebro hipercalórico, pero estaba muy rico. Eso sí, mucho azúcar. Demasiado. También tuve una época de tomar solo fruta, cuando me trastorné con la alimentación y contaba las calorías de todo. Pesaba la fruta, la leche, los cereales y lo que fuese, y mis desayunos no tenían jamás mas de 300 kcal, una cifra absurda que habría mencionado alguien a quien yo habría oído hablar por la radio o en la tele. Esos tiempos ya pasaron, gracias a Dios mi. Luego vinieron mañanas de pan con tomate, y finalmente las tortitas.

Nunca en mi vida había hecho tortitas. Al menos, no me había esforzado tanto en hacerlas bien hasta que me fuí a estudiar a Malta. En la primera casa en la que estuve viviendo, la del americano loco, hacía todos los domingos desayunos para todos (los del edificio). Miles de tortitas, huevos escalfados y otros experimentos. Algunas veces el desayuno daba un poco de pena, pero la intención era buena. Luego aprendí a hacer tortitas esponjosas como el afro de un negro.

Un día cambió mi dieta y dejé de consumir ciertas cosas, entre ellas los lácteos y (salvo excepciones como los huevos fritos con patatas de los jueves) huevos. Sin leche ni huevos puede parecer difícil hacer tortitas. Pronto descubriría que no lo es tanto. Hoy os traigo mi receta de tortitas de casi todas las mañanas. La de hoy lleva fresas, pero a veces lleva plátano. Otras solo frutos secos, o mermelada casera de calabaza, o miel, o  chorizo con pimientos. Aquí va la receta…

INGREDIENTES

  1. Harina de avena (hecha por mi)
  2. Gofio
  3. Harina de arroz
  4. Mezcla de semillas (girasol, calabaza, chia, lino y sésamo)
  5. Semillas de cáñamo
  6. Soja y quinoa germinada (en casa)
  7. Pulpa de avellanas y dátiles (los restos de hacer leche de avellanas)
  8. Bicarbonato sódico
  9. Leche de avellanas (un puñado de avellanas, 4 dátiles y 1 L de agua)
  10. Aceite de oliva para la sartén

A mi me mola hacerme mi propia leche vegetal. Al principio usaba una batidora y luego trataba de colarlo con un colador fino, pero como no había coladores suficientemente finos acabé probando a usar una camiseta. Funciona mejor, pero el regusto a detergente no es un buen añadido. Hasta que un buen día me regalaron el mejor regalo del mundo… CHUFAMIX!!!!!!! No es coña, realmente le han puesto ese nombre. https://www.planetahuerto.es/venta-chufamix_03824

No creo haber hecho publicidad de nada antes, pero esto es que sale de mi ser. El invento es la hostia, funciona super bien, es muy sencillo… y Made in Spain, como debe ser joder!! Que no se diga que solo sabemos añadirle palos a las cosas.

Hacer leche con el chufamix es super sencillo. Te permite saber exáctamente que lleva la leche, y encima luego puedes usar los restos de pulpa para… tortitas!

Por cierto, antes de que se me olvide, las proporciones dan un poco igual en esta receta. Igual que los tipos de harina. Lo mejor es ir probando. Si hechas poca harina y muchas semillas, se te rompe la tortita (porque no lleva huevo!). Y lo mismo con las proporciones de harinas. Hay harinas finas y otras más gruesas. Las finas hacen de pegamento. Si hay más gruesas que finas, se te rompe. Si hay mas finas que gruesas, te sale un bloque de hormigón. Y si te pasas de bicarbonato te sabrá a detergente. Asi que no te pases.

El siguiente paso es el más difícil: lo metes todo en bol o recipiente, le añades leche y vas mezclando. Mezcla como un cerdo radical. Que no quede nada sin mezclar. Tienes que conseguir una textura ni muy líquida, ni muy sólida. No se como explicarlo de otra forma sin tenerte delante, así que tendrás que ir probando. Tendrá esta pinta…

Luego las haces en una sartén. Yo le pongo un poquito de aceite a la sartén antes de la primera tortita, pero el resto las hago sin aceite. Una vez que las tengas, las puedes acompañar de lo que te de la gana. Yo como sabía que les iba a hacer fotos las he puesto ‘bonitas’, acompañadas de fresas cortadas como gusanos retorcidos, pero la mejor combinación es con nueces, pipas de calabaza, fresa y plátano.


Con esto cada mañana, es difícil no ser feliz como un centollo.

 

[ES] Cómo hacer Gnocchi con Tagliatella de Calabacín como una abuela italiana hipster rabiosa, y que te queden de pm! (SIN GLUTEN) (12:35 17/12/2016)

Ser vegetariano o vegano, o intolerante al gluten, o alérgico al huevo, los frutos secos, la leche o las gilipolleces no le hace la vida más fácil a nadie. Yo desde que dejé de consumir carne y pescado he tenido que aprender mucho sobre cocina, sobre todo porque hago mucho deporte y si no me nutro adecuadamente me quedo como una gamba deshidratada. No me quejo del esfuerzo que ha requerido el aprendizaje, porque me encanta cocinar, pero entiendo que no todo el mundo tiene 4 horas al día para estar entre cuchillos y sartenes. Yo por el momento, parece que sí.

La receta que os traigo hoy se me ocurrió mientras estaba en modo improvisación absoluta en la cocina. Cuando tienes ingredientes limitados, como ocurre si consumes solo productos locales, y cuando encima te limitas tú excluyendo carnes y pescados, es muy difícil evitar comer pasta con tomate todos los días. De modo que os invito a tratar de ser un poco más hipsters y convertir algo sencillo en una absurda pijotada sofisticada que, en realidad, está bastante buena ;). Ahí vamos…

INGREDIENTES (Para los Gnocchi)

  • 200gr de patata
  • 50gr de harina sin gluten (marca Schaar)
  • 1 yema de huevo (del 0, como sean del 3 te arranco la cabeza!)
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de nuez moscada

INGREDIENTES (Para los Tagliatella)

  • 1 calabacín grande como un bate de béisbol
  • Sal, pimienta y aceite de oliva

ELABORACIÓN (Gnocchi)

Ponemos todos los ingredientes sobre la mesa en disposición estéticamente bella y prácticamente absurda, y le hacemos una foto. Es importante perder mucho tiempo en esto y llenar la cámara de harina.

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Lo primero que debemos hacer es hervir 200 gr de patata. Lo mejor es si encuentras una patata que pesa 200 gramos. Yo la eché en una cazuela con bien de agua y me lo olvidé 40 minutos porque me puse a ver una serie, pero no tenéis porque seguir mi ejemplo tan estrictamente, a menos que queráis incendiar la cocina. Lo importante es que la patata se haga bien (con piel y todo eh!), para lo cual tardará un rato.

Una vez cocida, la dejáis que se enfríe. Posteriormente la peláis y la hacéis trocitos con un tenedor, o la reventáis a puñetazos y cabezazos contra la mesa. Llegados a este punto, podéis mezclar la patata con la yema de huevo, luego la sal, nuez moscada, y por último la harina, y amasáis como si estuvieseis tratando de ablandar la espalda de un rinoceronte. Hay que conseguir una bola como esta…

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Yo tuve que limpiar la mesa porque se había quedado masa pegada y no podía trabajar. Si os pasa, limpiarla y luego espolvoreáis harina por encima de la mesa para que no se vuelva a pegar. Lo mismo con vuestras manos.

A continuación vamos a cortar la masa en porciones similares y a hacer choricillos del grosor de un dedo. Como veis, las medidas son muy importantes aquí. Hay que ser exactos.

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Una vez rodados los choricillos de masa, los cortamos en pequeños cilindros de 2 cm de largo mas o menos. Lo siguiente es importante para que queden rollo hipster. Buscaros una superficie con líneas y surcos, y apretando suavemente con un dedo les vais dando textura. No os preocupéis porque los primeros os van a quedar como el vomitado de un murcielago, pero se le va cogiendo el truco.

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Por último los echamos a una cazuela con agua y sal y los hervimos hasta que floten. Tardan MUY POCO en hacerse, menos de dos minutos. En cuanto flotan, los sacáis. Yo los pasé por agua fría nada más sacarlos para que no se pegasen unos a otros, y los dejé con un poco de aceite de oliva.

Aún queda un paso con los Gnocchi para que queden de pm, pero de momento los vamos a reservar. Vamos con los falsos fideos tagliatella…

ELABORACIÓN (Para los Tagliatella)

Esta forma de hacer el calabacín es la hostia. Primero cogemos el calabacín como si fuese un cuchillo y, con un pelador PLANO (no curvo), vamos pelando todo el rato en el mismo ángulo. Se trata de sacar filetes finos de calabacín. No vayáis rotando el calabacín. Id sacando filetes hasta llegar a las semillas, no más o se os quedarán flemosos los fideos.

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Luego, reconstruís el calabacín como en la foto de arriba y con un cuchillo muy afilado vais cortando tiras de la anchura que os dé la puta gana. Os quedará algo así…

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Luego echáis un poco de aceite de oliva sin pervertir extra en una sartén a fuego medio/alto y los freís un poquito. Echadles sal y pimienta que si no no saben a nada. Por poder se pueden tomar en crudo (con aceite de oliva y pimentón quedan dabuten), pero así sofritos están muy ricos. Ah, y si el ajo no os jode el estómago como a mí, pues echadle ajo que estará muy rico.

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Vale, ¡ya casi estamos! Ahora hay que ser rápidos de cojones o se te queda todo frío (aunque se te va a quedar frío igual por perder el tiempo haciéndole fotos a la comida como un hipster obseso de Instagram).

En la misma sartén donde hemos hecho los fideos (pero sin los fideos dentro) echamos un chorro de aceite y cuando esté bien caliente echamos con furia los Gnocchi. No dejéis de moverlo ni un segundo o se os pegan y jodéis todo el plato. Echadle orégano también. Una vez que estén un poco dorados (pero super poquito), los sacáis y emplatáis. Yo no lo hice porque no tenía nueces, pero si tenéis nueces, mezclarlas con los Gnocchi en la sartén para un buen toque proteico y crujiente. Los contrastes de texturas harán que tu paladar goce. Y VOILÁ!!!

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Como hacer una tarta de calabaza SIN GLUTEN, y por qué debemos conocer más sobre lo que consumimos (14:23 27/10/2016)

Es época de disfraces, de sangre, de cerebros explotados y de calabazas. Solo con las últimas se puede hacer uno de los postres que más me gustan en el mundo, la tarta de calabaza o ‘pumkin pie’. Lo digo en inglés porque la receta original, o al menos la que me es familiar a mí, es la que proviene de los Estados Unidos. Esta tarta me gusta tanto, que una de las primeras cosas que hice cuando viajé a Carolina del Norte hace 4 años fue comprar una lata de ‘pumkin pie filling’ y comérmela a cucharadas (no sin antes rajarme el pulgar casi hasta el tendón por la prisa de abrir la lata con la mano).

Me apasiona cocinar. Lo compararía con el deporte, pero van en categorías distintas. Cocinar me trae paz interna, me nutre y me calma, y además me encanta estar rodeado de cuchillos afilados jaja. Comencé a interesarme por la cocina tras decidir que necesitaba aprender a cómo estar bien nutrido, y desde hace años que experimento 3-4 horas/día en la cocina, unas veces con más y otras con menos acierto. El caso es que había un par de calabazas gigantes en mi casa y, en vez de hacer una tarta y gozarla solo en familia, he pensado que podría convertirlo en un post en el cual no solo os enseño a como hacerla, sino que retomo un poco la fotografía y aprovecho para ir tratando el tema de tener criterio (ecológico) a la hora de elegir los ingredientes. Es la primera vez que me aventuro a contar una receta de este modo, así que piedad, y críticas constructivas que así puedo mejorar para la siguiente ;).

INGREDIENTES (para el ¿cuerpo?)

  • 500 gramos de calabaza sin piel ni pepitas
  • 3 huevos
  • 100 gramos de azúcar (mejor integral o panela)
  • 30 gramos de harina de maíz (fina tipo Maizena)
  • 2 cucharaditas de canela molida
  • 1/2 cucharadita de jengibre molido
  • 1/4 cucharadita de nuez moscada molida
  • 1/4 cucharadita de clavo
  • 1/8 cucharadita de pimienta
  • 240 gramos de crema de coco (o 100gr leche condensada + 100gr leche evaporada)
  • 60ml leche (de vaca, soja, coco, cigüeña o lo que tu quieras)
  • 1 pellizco de sal (muy importante!)

INGREDIENTES (para la base)

  • 400 gramos de galletas sin gluten
  • 140 gramos de mantequilla/margarina (aprox.)

ELABORACIÓN

Yo a la hora de cocinar no le hago mucho caso a las cantidades. No es que vaya a echar 10 cucharadas de pimienta si pone 1/8 de cucharadita, sino que me oriento mucho por la consistencia de la combinación de ingredientes. Por eso aviso desde ya que no os obsesionéis con la precisión, porque vais a tener que ajustar seguro. Ya lo iremos viendo. Lo primero la calabaza!

La calabaza mola. Es alta en fibra, beta-carotenos y antioxidantes. Además es naraja y la puedes vaciar y convertir en lampara. Aquí dejo unas tablas con información nutricional de la calabaza, por si mi descripción no es suficientemente rigurosa…

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(Fuente: http://www.natursan.net/calabaza-propiedades-y-beneficios/)

Chic@s, no es lo mismo comprar una calabaza cortada y envasada al vacío, que una entera. Igual que también hay diferencia entre comprar una calabaza que venga de la huerta del vecino, a una que venga de Francia, o de Indochina. Igual todas saben igual – la de Indochina lo dudo, pero el impacto medioambiental de cada una (y el precio) van a variar (curiosamente de forma inversamente proporcional). Buscamos producción local antes que importación porque le ahorramos al medio todo el combustible implicado en transportar la calabaza. Buscamos calabaza entera antes que envasada porque le ahorramos al medio el combustible necesario para procesarla, el plástico que la envuelve, y a nosotros los conservantes que se le añade al producto. Y buscamos de producción ecológica antes que industrial porque le ahorramos al medio mucho estrés por las prácticas agrícolas involucradas y por la cantidad de pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos que se emplean, y nos ahorramos el daño que las trazas de esos químicos sintéticos que van en el producto nos hacen a nosotros al consumirlo. Estos daños son a largo plazo por cierto, por eso no parece que pase nada si te tomas una manzana de producción industrial.

Si analizáis las calabazas de este modo, es probable que observéis como la de producción ecológica y local es más cara que la industrial envasada que ha viajado medio mundo para llegar al super. Misterios de la vida (y subvenciones al imperio del petróleo). Pero tened en cuenta que, al comprar la local eco, estáis pagando por un valor añadido, que es el de dar empleo a tus vecinos y el de promover el respeto por nuestro entorno natural.

Bueno, pues la calabaza eco local (1) la cortamos en rodajas y luego la pelamos. Es más fácil hacerlo de este modo, si no pelarla es imposible. Una vez pelada y troceada, hay que pesar los 500 gramos y hervirla en abundante agua (no pasarse tampoco). Yo la he hervido durante 20 minutos, pero el tiempo variará en función de lo madura que esté la calabaza y del grosor de los trozos. Luego a escurrir, reservamos la calabaza y regamos las plantas con el agua sobrante.

A continuación, (2) mezclamos en un bol la calabaza, los huevos y el azúcar, y mezclamos bien.

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¡Inciso breve sobre los huevos!! Los huevos tienen un código. Es muy largo, pero solo nos interesa el primer dígito del código. Éste puede ser 0, 1, 2 o 3. Es muy importante fijarnos siempre en este primer dígito porque nos va a indicar cómo han sido criadas las gallinas que han puesto los huevos. Y nos fijamos en ellos porque, obviamente, nos importa cómo tratan a otros seres vivos, sean humanos o no, y queremos demostrarlo (aunque no siempre tengamos claro cómo). Esta tabla resume bien esto:

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Los mejores huevos (desde un punto de vista nutricional y ético) son los del ‘cero’. Por desgracia, son también los más caros, pero recordad que estamos pagando por un valor añadido, que puede que no se vea, pero que está ahí :).

Sigamos! Ahora (3) añadimos TODAS las especias (canela, jengibre, nuez moscada, clavo, pimienta y sal) y volvemos a mezclar vigorosamente hasta romper a sudar. Una vez homogeneizado, (4) añadimos los 60 gramos de leche y los 240 gramos de crema de coco. Yo he sido vago y le he pasado la minipimer, pero no es estrictamente necesario.

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Aquí me gustaría explicar una cosilla. Primero la leche. Hay mucho debate sobre lo bueno/malo de la leche, tanto para nosotros como para las vacas y para el medio. Ante nada, yo os animo a que investigueis el tema de forma crítica vosotros. Yo, personalmente, prefiero no tomar leche de vaca, ni de cabra ni de centollo. Mis motivos son:

  • Porque hay suficientes fuentes alternativas de calcio (la leche como fuente importante de calcio ha sido siempre el discurso estrella de la industria láctea, pero puedes obtener todo el calcio que necesitas y más de fuentes vegetales como los frutos secos).
  • Porque a muchas de las vacas se las tiene en condiciones pésimas, esclavizadas por el sistema (y nuestro ansia viva por los quesos, helados y yogures).
  • Porque el consumo de agua y pienso necesario para la producción de la leche es descomunal, y muchas veces implica la tala de bosques para conseguir suficientes recursos.
  • Porque hay leches de origen vegetal que se pueden hacer en casa y que están muy ricas (también).
  • Porque no quiero que me salgan tetas… es coña.

Ahora bien, si vais a elegir leche, la mejor es la fresca de vacas que pastan felizmente por Galicia.

En cuanto a la crema de coco, sería lo ideal si queréis que sea una versión casi vegana (no del todo porque hay huevos). Yo salí corriendo al super a buscar una lata de este tipo…

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Pero no había, así que opté (no sin 10 minutos de indecisión y conflicto interno) por comprar leche condensada y leche evaporada. Habiendo soltado todos los motivos por los cuales prefiero no consumir leche, tomar esta decisión puede parecer un tanto contradictorio. Los argumentos que iban fluyendo por mi cabeza eran, primero, que la crema de coco es vegetal y que por tanto no implica necesariamente sufrimiento animal (esto es relativo), a diferencia de la leche (esto es relativo también, en función de cómo se produce la leche). Segundo, que la crema de coco, en España no se produce. Viene de Tailandia o de CentroAmérica, y por tanto lleva una huella de carbono bastante elevada, algo que no lleva la leche de producción local. Al final opté por la leche condensada+evaporada porque no puedo estar todo el mmmm día debatiendo estos temas y no hacer otras cosas con mi vida.

Siguiendo con nuestro proceso, (5) vamos a fabricar nuestra base. Para ello trituramos los 400 gramos de galletas sin gluten, derretimos y vertemos la mantequilla/margarina/aceite de oliva, y mezclamos bien hasta que nos quede una pasta de consistencia uniforme. Esta la colocamos sobre una bandeja de horno redonda como la que muestro más abajo. Tratamos de que quede fina y que cubra la mayor superficie posible.

Horneamos la base en un horno precalentado a 190ºC durante 7-9 minutos. Dejamos enfriar.

Por último, vertemos nuestra mezcla de calabaza en la bandeja y horneamos 50-60 minutos a 190ºC. Procurad que no se os hagan demasiado los bordes de la tarta. Si veis que se queman, cubridlos con papel de plata. La consistencia en el centro debería ser algo inestable. Al enfriarse se volverá bastante más sólida. Y ¡voilá!!!

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Como diría mi primo Alejandro…. GOZAR, GOZAR Y GOZAR! 🙂

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NOTA: La receta original ha sido sacada de http://sallysbakingaddiction.com/2014/10/26/the-great-pumpkin-pie-recipe/. Yo me he tomado la libertad de modificarla a mi gusto, y al final no ha salido nada mal. Lleva considerablemente menos azúcar que la original, pero está igual de dabuten.