Aquí va un post sobre mi puta cabeza. Empieza fuerte, y seguro que acaba fuerte también. Es lo que me sale ahora mismo, así que voy a dejarlo salir.
Es frustrante estar en mi cabeza. Hay días que más, y días que menos. Últimamente me he estado produciendo muchísima ansiedad a mi mismo. Joder, no entiendo porque no puedo apagar mi cerebro ni un puto segundo y respirar. Yo hago analogías para entender las cosas, o para explicárselas a otros. Y tengo una que ilustra muy bien cómo funciono por dentro… Imaginad un ordenador. Ahora imaginad que lo único que queréis hacer en el ordenador es escribir un documento de Word. Muy fácil no? Abres el Word y fuera. Pues no es tan fácil, porque a tu ordenador le ha entrado un virus que provoca que todas las aplicaciones que tengas instaladas estén continuamente funcionando en paralelo. Es decir, que tu enciendes el Word, pero tu pantalla se llena de otras aplicaciones que no solo te impiden ver bien lo que haces en el Word, sino que ralentizan y colapsan el funcionamiento general del ordenador. Al final acabas desesperado porque no puedes trabajar, ni concentrarte, ni cerrar las aplicaciones que no dejan de abrirse, porque así de gilipollas es este virus. Y piensas… con todo el potencial que tiene este ordenador (dado que es capaz de correr todas las aplicaciones en paralelo), ¿no sería maravilloso si lo invirtiera todo en correr las aplicaciones de una en una?
Pues así es como creo que funciona mi cabeza. La gran diferencia es que ese virus no existe, sino que es parte de mi, algo que (intuyo) se ha desarrollado como un falso mecanismo de defensa. Algo con ‘intenciones puras y bondadosas’, algo casi paternal que cree cuidar de mi bienestar, pero que viene movido por el miedo, y que por tanto se equivoca en las formas – y seguramente en gran parte del contenido.
Inciso: cuando leo lo que escribo me dan arcadas mentales. Me enfada mucho ser esta persona y siempre tener estos pensamientos rondando mi cabeza. Que pesado soy joder. Me gustaría no ser ‘un rayao’, pero no puedo. Al menos de momento. Igual es esto precisamente lo que tengo que hacer para salir de mis dinámicas, verme reflejado en el texto y tomarmelo como un bofetón en la cara para despejarme y seguir avanzando. No se…
Me gusta el término ‘overthink’. No tenemos nada igual en Castellano, más que ser un rayado, pero ese término suena muy cutre y poco técnico. Overthink es básicamente pensar demasiado. ¿Por qué pensamos demasiado algunas personas? ¿Habéis visto el capítulo de Black Mirror en el cual la gente lleva un implante en el cerebro que les permite grabar toda su vida y volver a verla en una pantalla? En ese capítulo el protagonista empieza yendo a una entrevista de trabajo. Al salir, se dedica a rebobinar y comprobar obsesivamente la reacción de cada uno de los entrevistadores, y cada una de las veces que lo hace se ‘raya’ más tratando de interpretar lo que los demás estaban pensando de él. En cierto modo es normal que el tío se obsesione un poco, porque quiere/necesita el trabajo y TEME que no se lo den. Necesita asegurarse de que los entrevistadores le han percibido de forma positiva para sentirse más seguro. Pero por mucho que interprete, nunca dejarán de ser eso… interpretaciones suyas; interpretaciones basadas en su propia forma de ver el mundo y reaccionar a él. No son extrapolables. Pueden ser orientativas, pero nada más.
Aquí se puede incluir un factor muy curioso que altera completamente el resultado final de la ecuación: si el tío es muy positivo/optimista (tiene una concecepción elevada de sí mismo), va a darle el tono más positivo posible a su interpretación. Es decir, si un entrevistador se ha reído tras una respuesta que dió en cierto momento de la entrevista, al reflexionar sobre ello va a pensar que es porque le ha parecido gracioso y le ha caído muy bien. En cambio, si el tío es muy negativo, frente al mismo hecho va a reaccionar de forma totalmente opuesta; pensando que el otro se ha reído de él (que no con él) porque cree que es un idiota. También podría interpretar que el entrevistador se ha reido porque piensa que tiene voz de pito, o porque gesticula de forma muy rara, o porque… Ya me entendéis.
En mi propia ecuación mental está tanto el pensar demasiado como el ser extremadamente negativo en cuanto a mis interpretaciones (cuando estas recaen sobre mí). El resultado es que en mi cabeza se crea una historia – ficticia porque está creada a partir de mis propias interpretaciones – y extremadamente pesimista porque está modulada por la visión tan negativa/crítica que tengo de mi mismo. Lo jodido es que yo me cuento este tipo de historias todo el dia, historia tras historia, y baso mis decisiones y acciones en ellas. Igual este post no es más que eso, otra historia irrealmente negativa de mi mismo…
Ahora es distinto (a hace tiempo), porque soy consciente de ello, y trato de pararme y ver que historia me estoy contando a mi mismo cuando me viene un pensamiento malo, pero de lo que me doy cuenta también es que no soy plenamente consciente de algunas de las historias que me cuento, ni de la enorme cantidad de historias que me puedo haber contado en un solo día.
Mucho de esto se puede ver probablemente en mi forma de escribir. Seguramente hable de mí mismo de una forma mucho más negativa de la que se me percibe desde fuera. ¿Será suficiente con empezar a contarme historias diferentes, aunque no me las crea del todo, para empezar a cambiar la forma en la que me concibo a mí mismo? Suena a ‘cliché’ de película americana, pero yo que sé jaja. Bueno, creía que iba a terminar el post muy enfadando y diciendo palabrotas, pero me encuentro mejor.