Ser vegetariano o vegano, o intolerante al gluten, o alérgico al huevo, los frutos secos, la leche o las gilipolleces no le hace la vida más fácil a nadie. Yo desde que dejé de consumir carne y pescado he tenido que aprender mucho sobre cocina, sobre todo porque hago mucho deporte y si no me nutro adecuadamente me quedo como una gamba deshidratada. No me quejo del esfuerzo que ha requerido el aprendizaje, porque me encanta cocinar, pero entiendo que no todo el mundo tiene 4 horas al día para estar entre cuchillos y sartenes. Yo por el momento, parece que sí.
La receta que os traigo hoy se me ocurrió mientras estaba en modo improvisación absoluta en la cocina. Cuando tienes ingredientes limitados, como ocurre si consumes solo productos locales, y cuando encima te limitas tú excluyendo carnes y pescados, es muy difícil evitar comer pasta con tomate todos los días. De modo que os invito a tratar de ser un poco más hipsters y convertir algo sencillo en una absurda pijotada sofisticada que, en realidad, está bastante buena ;). Ahí vamos…
INGREDIENTES (Para los Gnocchi)
- 200gr de patata
- 50gr de harina sin gluten (marca Schaar)
- 1 yema de huevo (del 0, como sean del 3 te arranco la cabeza!)
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de nuez moscada
INGREDIENTES (Para los Tagliatella)
- 1 calabacín grande como un bate de béisbol
- Sal, pimienta y aceite de oliva
ELABORACIÓN (Gnocchi)
Ponemos todos los ingredientes sobre la mesa en disposición estéticamente bella y prácticamente absurda, y le hacemos una foto. Es importante perder mucho tiempo en esto y llenar la cámara de harina.
Lo primero que debemos hacer es hervir 200 gr de patata. Lo mejor es si encuentras una patata que pesa 200 gramos. Yo la eché en una cazuela con bien de agua y me lo olvidé 40 minutos porque me puse a ver una serie, pero no tenéis porque seguir mi ejemplo tan estrictamente, a menos que queráis incendiar la cocina. Lo importante es que la patata se haga bien (con piel y todo eh!), para lo cual tardará un rato.
Una vez cocida, la dejáis que se enfríe. Posteriormente la peláis y la hacéis trocitos con un tenedor, o la reventáis a puñetazos y cabezazos contra la mesa. Llegados a este punto, podéis mezclar la patata con la yema de huevo, luego la sal, nuez moscada, y por último la harina, y amasáis como si estuvieseis tratando de ablandar la espalda de un rinoceronte. Hay que conseguir una bola como esta…
Yo tuve que limpiar la mesa porque se había quedado masa pegada y no podía trabajar. Si os pasa, limpiarla y luego espolvoreáis harina por encima de la mesa para que no se vuelva a pegar. Lo mismo con vuestras manos.
A continuación vamos a cortar la masa en porciones similares y a hacer choricillos del grosor de un dedo. Como veis, las medidas son muy importantes aquí. Hay que ser exactos.
Una vez rodados los choricillos de masa, los cortamos en pequeños cilindros de 2 cm de largo mas o menos. Lo siguiente es importante para que queden rollo hipster. Buscaros una superficie con líneas y surcos, y apretando suavemente con un dedo les vais dando textura. No os preocupéis porque los primeros os van a quedar como el vomitado de un murcielago, pero se le va cogiendo el truco.
Por último los echamos a una cazuela con agua y sal y los hervimos hasta que floten. Tardan MUY POCO en hacerse, menos de dos minutos. En cuanto flotan, los sacáis. Yo los pasé por agua fría nada más sacarlos para que no se pegasen unos a otros, y los dejé con un poco de aceite de oliva.
Aún queda un paso con los Gnocchi para que queden de pm, pero de momento los vamos a reservar. Vamos con los falsos fideos tagliatella…
ELABORACIÓN (Para los Tagliatella)
Esta forma de hacer el calabacín es la hostia. Primero cogemos el calabacín como si fuese un cuchillo y, con un pelador PLANO (no curvo), vamos pelando todo el rato en el mismo ángulo. Se trata de sacar filetes finos de calabacín. No vayáis rotando el calabacín. Id sacando filetes hasta llegar a las semillas, no más o se os quedarán flemosos los fideos.
Luego, reconstruís el calabacín como en la foto de arriba y con un cuchillo muy afilado vais cortando tiras de la anchura que os dé la puta gana. Os quedará algo así…
Luego echáis un poco de aceite de oliva sin pervertir extra en una sartén a fuego medio/alto y los freís un poquito. Echadles sal y pimienta que si no no saben a nada. Por poder se pueden tomar en crudo (con aceite de oliva y pimentón quedan dabuten), pero así sofritos están muy ricos. Ah, y si el ajo no os jode el estómago como a mí, pues echadle ajo que estará muy rico.
Vale, ¡ya casi estamos! Ahora hay que ser rápidos de cojones o se te queda todo frío (aunque se te va a quedar frío igual por perder el tiempo haciéndole fotos a la comida como un hipster obseso de Instagram).
En la misma sartén donde hemos hecho los fideos (pero sin los fideos dentro) echamos un chorro de aceite y cuando esté bien caliente echamos con furia los Gnocchi. No dejéis de moverlo ni un segundo o se os pegan y jodéis todo el plato. Echadle orégano también. Una vez que estén un poco dorados (pero super poquito), los sacáis y emplatáis. Yo no lo hice porque no tenía nueces, pero si tenéis nueces, mezclarlas con los Gnocchi en la sartén para un buen toque proteico y crujiente. Los contrastes de texturas harán que tu paladar goce. Y VOILÁ!!!