No me encuentro muy motivado para escribir, no se porqué. He entrado en un estado un poco apático y triste esta última semana y sólo quiero convertirme en un pedrusco que rueda por el río, o en la hoja de un árbol, que no tiene que pensar por si misma y cuando cumple su función se descompone y ya. A veces pasa. Voy a dejar que mi cerebro fluya y con suerte sale algo decente, quien sabe.
Estoy en un bar, sintiéndome un poco culpable porque un señor que no conozco me había preparado comida en su casa sin decírmelo, y pues en el bar ponían patatas fritas con albóndigas veganas y para cuando me ha escrito el señor yo ya había pedido una ración. Se llama Russell y es mi anfitrión de Warmshowers para esta noche. Warmshowers no es nada erótico, es una aplicación para cicloturistas que permite…
… a personas como yo quedarse en casas gratis para pasar la noche. Algún día cuando sea adulto y tenga casa podré hospedar a sufridores también. Al entrar en California el precio de los campings subió de los $7 a los $20 o incluso $35 por noche, y ya me parece un abuso. *Estoy muriendo de placer con estas albóndigas, no puedo ni concentrarme.
Este soy yo dentro de un árbol…
Y aquí dormí el otro día…
La verdad es que no soy capaz de poner en palabras los lugares por los que he pasado esta última semana. Cada día me levantaba con negatividad y soledad a mis espaldas, y me acostaba sintiéndome inmensamente afortunado de dormir en estos lugares. Lecciones del señor todopoderoso para dejar de ser tan jodidamente negativo. Más fotos de Jurassic Park…
En mi cabeza los pensamientos no son lineales, es como si tuviese personalidad múltiple y todas mis personalidades tuviesen hiperactividad. Lo peor es que ninguna termina ninguna frase y todo se queda a medias en mi cerebro. Si pudiese ver cada pensamiento como ondas de energía, sería una continua colisión de ondas que se neutralizan unas a otras y resultan en una ausencia de ruido. El problema es que hace falta mucha energía para emitir esas ondas, y la energía es limitada.
Hace dos días conocí a estos weys. Muy majetes. Uno tenía unos muslos brutales, le da una patada a un balón y se desintegra. Pienso que si estuviésemos perdidos en las montañas y hubiese que sacrificar a alguno para no morirnos de hambre, este caería el primero. Espero que nunca lea este blog.
La noche que nos conocimos yo iba a dormir en la calle, al borde de un precipicio. Un lugar único. Hubiera estado bien, pero me encontré a muslos y me dijo que él se iba a quedar con otros dos chavales en la casa de Carol, una mujer de 70 años muy maja que estaba en Warmshowers. Muslos fue a hablar con Carol y Carol dijo que me podía unir y dormir en la alfombra. Dije que sí. Gran acierto. Carol estaba un poco loca, me dijo que una vez pilló a un oso comiéndose su compost en el jardín y salió a darle un sartenazo. Si no tuviese cara de maja yo creo que el oso se la hubiera comido.
Me quedan 270 millas hasta volver a Berkeley. No se muy bien qué quiero sacar de lo que me queda de viaje. Me han entrado ya muchas ganas de trabajar, y de cocinar con mis cuchillos, y de no dormir en mi saco. Pero a la vez se me está haciendo más fácil rodar en la bici horas y horas. Por otro lado mi parte ano y vigoréxica está gozándolo con esto de quemar tantas calorías. No tengo que comprobar 20 veces al día que la grasa de mi tripa no ha aumentado. Alivia mi enfermedad mental.
¿Sabes por qué empecé este blog? Porque cuando hablo de lo que me pasa por la cabeza lo entiendo mejor. Y si no me gusta puedo coger la pantalla del ipad y reventarla de un puñetazo. O borrarlo si me quiero poner menos dramático. O incluso procesarlo y gestionarlo como un ser humano con inteligencia emocional y capacidad resolutiva. De pequeño solía tener un pensamiento recurrente que había olvidado hasta ahora. Siempre me decía a mi mismo que era un milagro el que pudiese leer. Que saber leer a esa edad (12 o 13 años) no era normal para todos, pero que yo sí sabía, y pese a ello no se me valoraba. Me resultaba injusto. Probablemente porque todo lo académico se me daba mal y me sentía completamente inepto, y la única manera de reconfortarme a mi mismo era bajar el listón tanto que solo así podía sentirme orgulloso, listo, válido, … suficiente. Que mal.
Pues bueno, no se ni que he escrito pero lo necesitaba. Gracias a todos los que leéis y comentáis :). Si hubiese botón de “like” le daría un “like” a cada uno. Angelines, tus comentarios son muy populares, la gente siempre me dice que se parten contigo jaja. En una semana nos volvemos a ver. Voy a subir un par de montañas gigantes, espero no morir.
Abrazos y besos,
Pablo
PD: Russell y Merry, mis anfitriones, son de los mejores seres humanos del planeta. Esto lo escribo desde la cama, después de haber cenado con ellos y sus amigos. Me han dado de cena hasta explotar, habitación gratis y me han hecho sentirme como en casa. Me siento querido y arropado :). Dejo muchos vídeos…