Esta entrada es muy personal. Tanto, que me da miedo plasmar cada uno de mis pensamientos sobre el papel. Por eso no esta publicada en facebook. Lo escribo para mi, porque creo que me ayuda, pero quiero publicarlo porque asi podreis entenderme mejor cuando me comporto extrano ante algunas situaciones.
Tengo panico a bailar. Es como el miedo a hablar en publico, o a cantar, pero peor porque la vida te lo recuerda cada dia, en cada momento en que las personas expresan felicidad. Aquellas personas con las que he salido de fiesta saben que algo raro me pasa, porque no es normal que Pablo desaparezca en mitad de la noche a intervalos de hora u hora y media y no se le pueda encontrar por ningun sitio. No me voy al baño (aunque a veces empiezo por ahi), ni me he quedado ligando con alguna chica bonita (ojala!). Me voy del local, y camino, hasta que deja de haber personas a mi alrededor y el mundo se calla. Hasta que puedo dejar de fingir, y exudo todo el estres y la ansiedad que he acumulado durane la noche (aunque se que tarde o temprano voy a tener que volver y seguir con ‘la funcion’).
Me gustaria explicaros el porqué de esa ansiedad que me produce el baile. Hace poco escuche en algun sitio que no se baila con la razon, se baila con el corazon, con las emociones. Y yo, la mitad de las veces, no se donde tengo las mias. Como ya he comentado en algun lugar de este blog, he desarrollado un mecanismo de defensa muy interesante por el cual reprimo mi lado emocional, y tiro del racional para actuar de forma ‘normal’, o por lo menos para aparentar que no soy un completo deficiente social. Pues cuando ‘toca’ bailar, no siento la musica, ni el ritmo. No siento nada, mas que la necesidad de moverme de cierto modo, que nunca es igual de coordinado que el del resto, que solo imita y con retardo, que no es creativo ni natural, y que no va acompañado de ninguna emocion mas que la del agobio. Incluso borracho soy completamente consciente de cada movimiento, y me critico. En algun lugar de mi cabeza hay un hijo de puta que me destruye, me insulta y me dice que doy pena. Se rie de mi y me humilla. No soy esquizofrenico, es sutil, pero ahi esta. Esa voz, igual que cualquier otra de las voces que resuenan en nuestras cabezas (porque todos las tenemos), no viene de la nada, sino que es un eco lejanos de aquello que alguien me dijo alguna vez.
Cada vez que me desnudo emocionalmente ante alguien, se dispara una señal de alerta en mi. El resultado es que toda mi atencion se focaliza sobre cada una de las pequeñas reacciones que esa o esas personas que me ven (y en mi cabeza, me juzgan) hacen. Y, hagan lo que hagan, se me graba a fuego en la memoria. No se puede estar mas desnudo emocionalmente que cuando se baila de verdad, y eso te hace muy vulnerable. Recuerdo varias situaciones en las que alguien se ha reido de mi al verme bailar, y es muy probable que las haya malinterpretado, exagerado y les haya dado un tono mucho mas negativo del que realmente tuvieron, pero el daño esta hecho y cada vez que me encuentro en una situacion similar, o existe la posibilidad, por muy remota que sea, de que me vaya a encontrar en esa situacion, esas voces vuelven. Me alertan (se podria decir que, en cierto modo, me protegen), y yo salgo corriendo.
El que tiene miedo a hablar en publico, hace lo que sea por evitar esas situaciones, y dependiendo del grado de intensidad del miedo, las medidas que toma pueden ser mas o menos drasticas. Las medidas que yo tomo son muy drasticas. Evito bodas, y tan solo la idea de que me inviten a una me remueve el estomago (que triste joder, con lo bien que se lo pasa la gente). Intento evitar fiestas, y cualquier reunion de amigos en la cual pueda haber musica. A veces ni me entero de este proceso de evasion. Mi cerebro escanea sin pausa mi futuro cercano y busca situaciones en las que pueda acabar estando rodeado de gente que baila, y hace lo que sea por cambiar ese futuro para que no ocurra. Es muy cansado. Mentalmente te destroza. Y hace que desperdicies oportunidades muy buenas de conocer a personas y vivir experiencias unicas.
No me conformo con ser asi. Hay ciertos aspectos de nosotros mismos que no nos gustan, pero que debemos asumir, aprender a amar, y el que no ame esa parte de nosotros, que se joda. Por ejemplo, a mi no me gusta tener unas piernas de pollo, pero ya he visto que por mas bici que haga, mis piernas son de pollo y no me queda otra que aceptarlo. Tambien debo aceptar que no soy la persona mas habil socialmente, y que siempre voy a tener ciertas ‘limitaciones’, sobre todo en grandes grupos, pero que puedo tener muy buenas conversaciones de tu a tu. Luego hay ciertas cosas que uno no puede (o no debe) aceptar, que son las que sabe que podria superar de algun modo, y que esa superacion le quitaria un enorme peso de encima. Yo no se como se supera esto, pero el que la gente me anime a darlo todo rara vez funciona, y a veces lo empeora. Y emborracharme a muerte no es una esrategia sana (ni fisica ni mentalmente). Lo que verdaderamente me da miedo es que alguno de los que leais esto me propongais algo que realmente tenga sentido, porque entonces no me va a quedar otra que intentarlo, y eso es algo que mi cabeza me grita a muerte para que no pase. Pero bueno, ahi lo dejo. Desnudo ante el mundo. Ya sabeis algo mas de mi :).
Gracias por leer y entender.
*Esta entrada la he escrito sobre un banco de piedra que me enfria mucho el culo, detras de una atraccion de estas con caballos que dan vueltas. Un carrusel! Que no me salia jeje Creo que han sido los fuegos artificiales de hace un rato y la gente gritando y disfrutando los que me han hecho querer hablar de este tema. Y con esto si que si, buenas noches!)
El primer paso ….de baile, ya lo has dado querido Pablo
Desde las danzas tribales a los más modernos bailes urbanos, seguro que encuentras el tuyo porque Pablo, creo que ya estás empezando a bailar, sólo tienes que cerrar los ojos y dejarte llevar por la música que llevas en tu interior.
…y vivir al revés
que bailar es soñar con los pies…
Tu sabes soñar, Primo!
Jajaja me encanta primo, gracias 😉
Cuando suene música, deja que sea el cuerpo el que guíe la conversación. Un tú a tú, un diálogo entre cuerpo y música. Tú mismo reconoces que eres un gran conversador.